El informe señala que la Inteligencia Artificial (IA) tiene un gran potencial para contribuir a la actividad económica mundial, aunque será necesario gestionar las crecientes diferencias entre los países, las empresas y los trabajadores para maximizar sus beneficios, y analiza su impacto en la economía global.
Para ello, en primer lugar, trata de conocer el comportamiento de las empresas y la dinámica de varios sectores con el objetivo de desarrollar una visión de abajo hacia arriba sobre cómo adoptar y absorber las tecnologías de IA.
En segundo lugar, tiene en cuenta las posibles perturbaciones que los países, las empresas y los trabajadores pueden experimentar durante la transición a la IA. Es muy probable que haya costes durante este período de transición, por lo que es necesario tenerlos en cuenta en cualquier estimación. El informe examina cómo es probable que las ganancias y pérdidas económicas se distribuyan entre las empresas, los empleados y los países, y cómo esta distribución podría obstaculizar el aprovechamiento de los beneficios de la IA.
En tercer lugar, estudia la dinámica de la tecnología en una amplia gama de países, mediante grupos con características similares, con el objetivo de ofrecer una visión más global. De todas las conclusiones del informe destacan dos: que existe un gran potencial de contribución de la IA a la actividad económica mundial y que un desafío clave es que la adopción de la IA podría ampliar las diferencias entre países, empresas y trabajadores.