La mujer deberá indemnizar al anciano con más de 177.000 euros, resultantes de restar a los cerca de 198.000 euros cobrados por el último plazo de la venta del piso, 21.000 euros de dinero que se consiguió localizar o justificar y que se destinó a la cancelación de la hipoteca o los pagos a un abogado, entre otros.
La cuidadora comenzó a encargarse del anciano, de 83 años, en enero de 2011 en el domicilio de este en Alicante. Ese mismo año, el hombre vendió un ático de su propiedad por el que cobró un último plazo de 198.000 euros. Según el relato de hechos probados, la condenada se ganó la confianza del octogenario, que sufría demencia, y fue autorizada en las cuentas bancarias del anciano.
En 2012 el hombre empeoró e ingresó en un hospital psiquiátrico. Un Juzgado lo incapacitó a petición de sus hijos, que encontraron en las cuentas bancarias de su padre poco más de 900 euros.