Palencia, 9 de enero de 2020.- El uso de internet y el smartphone ensucia el planeta. Sin ser conscientes, todos contribuimos al calentamiento global. Cuando enviamos un email, usamos Whatsapp, damos like en una red social o compramos online dejamos una huella de dióxido de carbono (CO2). El impacto medioambiental del tráfico digital es similar a la contaminación que emite el sector aéreo. Cada minuto se envían 150 millones de sms o se realizan más de 2,4 millones de búsquedas online, una actividad que genera tanto CO2 como las industrias aparentemente más pesadas.
Con el fin de alcanzar los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) impulsados por la Organización de Naciones Unidas (ONU), en particular el número 13 centrado en “adoptar medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus efectos”, las operadoras de telefonía se han marcado sus propios objetivos internos para este 2020.
Las principales compañías del sector están de acuerdo en que es esencial la descarbonificación y para conseguirlo se han propuesto distintas metas. Sin embargo, hay diferencias entre sus planes de actuación. “Las tres operadoras con más clientes en España tienen planes que, a primera vista, tratan de ser realmente expeditivos. El problema aquí es el hecho de que se autorregulan en este sentido, ya que aún no existe una legislación agresiva que obligue a cumplir con ciertos objetivos y/o pagar por excesos”, advierte Rodrigo San Martín, Experto en Telefonía y Tarifas de Roams.
No obstante, el centro de esta industria es el uso de los teléfonos móviles que, aunque llevan unos años con un crecimiento estancado -habiendo bajado el ritmo de ventas de forma significativa-, se han convertido en uno de los componentes esenciales de la última década. Este crecimiento constante ha significado, a nivel de redes y operatividad, la necesidad de aumentar la capacidad de éstas para no congestionarlas y, dada la alta competitividad del sector, el invertir en antenas e instalaciones de fibra óptica propias de cada operadora.
“Para reducir costes, las compañías telefónicas en España vienen firmando en los últimos tiempos acuerdos para compartir todos estos recursos e invertir conjuntamente en estas redes (ya sean fijas, llevando la fibra a lugares donde aún no está disponible, o bien en redes móviles con la implantación del 5G). Es decir, se apuesta por la cooperación para que las empresas sigan creciendo sin perjuicio para el cliente (gracias a ser un sector regulado por la CNMC), y un menor gasto no solo en sus respectivas cuentas anuales, sino en el tema principal que aquí nos atañe, en la huella ecológica”, explica San Martín.
Según Roams, compartir y cooperar es el camino para rebajar, en todos los sentidos, la contaminación directa e indirecta y conseguir los objetivos de reducción de emisiones para no aumentar la temperatura del planeta en más de 1,5 grados centígrados que los informes científicos sitúan como límite para no provocar grandes (y peligrosos) cambios en el planeta.
¿Cuáles son los compromisos sostenibles que se han marcado las principales operadoras en España?
Telefónica
Telefónica se ha comprometido a desligar su crecimiento de negocio del aumento de emisiones de gases de efecto invernadero disminuyéndolas un 30% para el año 2020 y un 50% para 2030. En 2017, esta operadora logró reducir sus emisiones un 28% gracias a un ambicioso Plan de Energías Renovables en el que se comprometía a ser 100% renovable en 2030. Asimismo, Telefónica cuenta con un Plan de Eficiencia Energética para reducir su consumo de energía por unidad de tráfico en un 50%.
Orange
La operadora naranja, la segunda más importante de España, incluye sus objetivos en el plan estratégico Engage 2025. En cinco años asegura que reducirá sus emisiones de CO2 un 30% respecto al 2015. Una de sus clave es la nueva red móvil 5G que reducirá el consumo de energía por bit hasta un 60% respecto al 4G y disminuirá las emisiones de CO2 un 15%.
Vodafone
Más del 97% del consumo de energía de Vodafone España procede del funcionamiento de sus redes de telecomunicación. La compañía se ha propuesto dos objetivos para el año 2025: 100% de suministros de electricidad renovable y reducir un 50% sus emisiones de CO2. Para cumplir este propósito, Vodafone ha establecido tres pautas de actuación: eficiencia energética optimizando su consumo de energía, llegar a acuerdos para consumir energías de origen renovable y obtener Certificados de Garantía de Origen de la electricidad.
Aunque estas son las metas y planes que las empresas han realizado internamente con el objetivo de desarrollarlos en 2020, los gobiernos también tienen un papel importante en este recorrido hasta la fecha fijada por la ONU en 2030. Francia, por ejemplo, ha aprobado recientemente una ley para que los usuarios finales sean informados del CO2 emitido por los servicios que reciben. “El objetivo francés es fomentar y empoderar desde las instituciones a los ciudadanos conociendo un dato sobre el servicio que pueda hacer apostar por un valor comercial diferente al habitual, al valorar si se prefiere usar otra compañía que emita menos CO2. Por ahora en España no se prevé una valoración de este tipo”, asegura el Experto en Telefonía y Tarifas de Roams.
No obstante, España está volcada en el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenibles marcados por Naciones Unidas, prueba de ello la Cumbre del Clima celebrada el pasado diciembre en Madrid. Además, es el país con la mayor cantidad de empresas adheridas a conseguir estos propósitos que quieren conseguir un mundo más justo, equitativo y sostenible.
En cualquier caso, la industria de las telecomunicaciones, a nivel general, tiene que hacer mucho más. Los resultados de sostenibilidad deben ser un elemento diferencial en la oferta al igual que lo puede ser la calidad del servicio final.