La OCDE y el G-20 han elaborado un conjunto de normativas fiscales internacionales que acabe con la erosión de las bases fiscales y con el movimiento artificial de beneficios a otras jurisdicciones para evitar pagar impuestos.
Las medidas pretenden proteger las bases fiscales de los gobiernos, además de ofrecer una mayor seguridad y previsibilidad a sus contribuyentes. El plan de acción presentado se centra en garantizar la coherencia de la fiscalidad empresarial a nivel internacional, así como evitar el abuso de los tratados fiscales.
Este proyecto mejorará la transparencia de las administraciones fiscales, hacer frente a los desafíos de la economía digital, facilitar la implementación del acuerdo para sustitutir los tratados bilaterales y acabar con las "malas" prácticas fiscales.