Ha pasado medio siglo desde que BBVA pusiese en circulación la que sería la primera tarjeta de crédito de España. Desde entonces, este método de pago se ha convertido en una opción muy utilizada por los clientes de BBVA. De hecho, en los últimos tres años, el incremento de la facturación por compras realizadas con tarjeta ha sido del 30%.
En el año 1971, el banco lanzó en Bilbao la primera tarjeta de crédito tras una alianza con BankAmericard, con la que se ofrecía la posibilidad de pagar sin tener que llevar encima dinero físico. Siete años después, en 1978, la entidad emitía su primera tarjeta VISA para, en 1986, incorporar la también conocida marca Mastercard. En 2020, casi cincuenta años después de la alianza con BankAmericard, el número de tarjetas totales emitidas por la entidad se situó en 10 millones de unidades.
La evolución de las tarjetas en BBVA en los últimos años
El desarrollo de métodos de pagos cada vez más seguros, y en los últimos años, más sostenibles, han sido uno de los principales objetivos de BBVA.
El primer cambio físico de la tarjeta fue la incorporación de los números troquelados en el plástico. Tras esto, BBVA fue una de las primeras entidades en lanzar una tarjeta con banda magnética para después, en 2009, incorporar un mecanismo de seguridad más avanzado a este método de pago: el chip y el PIN.
Otro hito importante fue la incorporación en el año 2011 de la tecnología NFC, también conocida como ‘contactless’, a este método de pago en su versión física. Una novedosa opción sin contacto que se extendería en 2017 a la versión digital a través del pago con el móvil, lo que aportó aún más agilidad a la realización de pagos con tarjeta.
A principios del 2020, la entidad emitió su primera tarjeta realizada con plástico de origen reciclado, fabricada en un 86% de PVC (policloruro de vinilo) elaborado a partir del reciclado de otros productos plásticos procedentes de embalajes, automoción o ventanas. Una iniciativa pionera en Europa vinculada al compromiso adquirido por la entidad para luchar contra el cambio climático y alineada con los Objetivos de Desarrollo Sostenible impulsados por la ONU, en concreto con el ODS número 13.
Meses más tarde, BBVA lanzó Aqua, su nueva familia de tarjetas, que no tiene impreso el número de la tarjeta (PAN) ni la fecha de caducidad, y el código de verificación (CVV) es dinámico. Un método de pago único también de plástico reciclado con el que se refuerza aún más la seguridad tanto en su versión digital como en la física, ya que al no disponer de estos datos se previene un posible uso fraudulento de los mismos en caso de pérdida o robo.
Una evolución de este método de pago donde la innovación ha sido clave en el desarrollo de tarjetas más seguras para los clientes.
Desde su lanzamiento en España y hasta enero de 2021, la emisión de esta familia de tarjetas ha rozado las 295.000, de las cuales 126.829 han sido de crédito, 159.675 de débito y 8.229 de prepago. Unas cifras que ponen de manifiesto la importancia que los clientes le dan a la seguridad a la hora de proceder a pagar sus compras.
La tarjeta, en el móvil
Un paso más en la evolución de las tarjetas como método de pago ha sido la posibilidad de ofrecer a los clientes la opción virtual de la tarjeta bancaria para pagar vía ‘smartphone’. BBVA dispone de todos los sistemas de pago móvil -Apple Pay, Google Pay y Samsung Pay-, además del pago móvil propio del banco.
Gracias a la tecnología ‘contactless’, y con tan solo acercar el móvil al terminal de punto de venta (TPV), es posible pagar igual que con una tarjeta física. De hecho, en 2020, los pagos a través de ‘contactless’ han alcanzado el 61% del total de los pagos realizados con tarjeta. De ellos, el 13% han sido pagos realizados con el ‘smartphone’.
Fuente de la noticia: BBVA