1. Hechos.
El artículo 2 de la Directiva 2001/29/CE contempla una lista de titulares del derecho de reproducción en la que no están incluidos los editores. Y el artículo 5.2 del mismo cuerpo legal, al regular el derecho a recibir una remuneración compensatoria por copia privada, indica que sus beneficiarios serán los titulares del derecho de reproducción. La ley Belga del derecho de autor hace acreedores del derecho de remuneración por copia privada a autores y editores a partes iguales.
En el caso Reprobel, Hewlett Packard cuestiona, apoyándose en lo resuelto por el Tribunal de Justicia en el caso Luksan (C-277/10), que una ley nacional pueda sancionar al editor como acreedor del derecho de remuneración por copia privada.
2. Pronunciamientos.
En este caso, el abogado General emitió su opinión el 11 de junio de 2015 e indicó que “la Directiva 2001/29 debe interpretarse en el sentido de que no se opone a que los Estados miembros instauren una remuneración específica en beneficio de los editores, destinada a compensar el perjuicio que estos últimos puedan sufrir como consecuencia de la comercialización y utilización de equipos y aparatos de reprografía, siempre que la percepción y el abono de esa remuneración no se hagan en detrimento de la compensación equitativa debida a los autores en aplicación de las letras a) y b) del artículo 5, apartado 2, de la Directiva.”
La Sentencia adoptada el 12 de noviembre afronta la cuestión de forma más directa que el Abogado General. No se detiene a explicar la posibilidad de una remuneración compensatoria para el editor, sino que se limita a indicar que los editores “no pueden beneficiarse de una compensación por [las] excepciones [de reprografía y cualquier otra] cuando tal beneficio tenga como consecuencia privar a los titulares del derecho [autores] total o parcialmente de tal compensación equitativa a la que tienen derecho por estas mismas excepciones”.
3. Comentario.
La Sentencia deja sin contestar la posibilidad contemplada por el Abogado General de que las legislaciones de los Estados miembros reconozcan un derecho de compensación “extra” en favor del editor o la posibilidad de que existan acuerdos entre autores y editores permitidos por las legislaciones nacionales.
(Fuente de la información: ANUARIO ELZABURU 2015, recopilatorio de comentarios de jurisprudencia europea en materia de Derecho de Propiedad Industrial e Intelectual que realiza Elzaburu).
Documento citado:
- Directiva 2001/29/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 22 de mayo de 2001, relativa a la armonización de determinados aspectos de los derechos de autor y derechos afines a los derechos de autor en la sociedad de la información.
ENGLISH VERSION
Freedom of the Member States to decide who can receive remuneration for private copying. Judgment of the Court of Justice of 12 November 2015, Reprobel (C-572/13).
1. Background.
Art. 2 of Directive 2001/29/EC provides a list of reproduction rightholders which does not include publishers. When addressing the right to receive compensation for private copying, Art. 5.2 of that same Directive states that the beneficiaries of that compensation will be the reproduction rightholders. Under Belgian copyright legislation, remuneration for private copying is allocated in equal parts to authors and publishers.
In Reprobel, Hewlett-Packard questions, on the basis of the CJ’s findings in Luksan (C-277/10), whether national legislation can recognise publishers as beneficiaries of the right to remuneration for private copying.
2. Findings.
In this case, the Advocate General issued his opinion on 11 June 2015, indicating that “Directive 2001/29 must therefore be interpreted as not precluding Member States from establishing remuneration specifically for publishers, intended to compensate for the harm suffered by the latter as a result of the marketing and use of reprography equipment and devices, provided that that remuneration is not levied and paid to the detriment of the fair compensation payable to authors under Article 5(2)(a) and (b) of Directive 2001/29.”
The judgment rendered on 12 November confronts the issue in a much more head-on manner. It does not pause to explain the possibility of compensatory remuneration for publishers; instead, it merely indicates that publishers “cannot, therefore, receive compensation under those exceptions [the reprography exception and any others] when such receipt would have the result of depriving reproduction rightholders [authors] of all or part of the fair compensation to which they are entitled under those exceptions”.
3. Remarks.
This judgment fails to address the possibility considered by the Advocate General of the conferral of an “extra” right to compensation on publishers under the laws of the Member States, or the possibility of agreements between authors and publishers that are permitted under national legislation.
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