La LXXI promoción de jueces está integrada por 45 hombres y 126 mujeres, de modo que estas representan el 73,7 por ciento del total, un porcentaje ligeramente superior al de la promoción anterior (71,3 por ciento).
El presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial ha inaugurado el curso con una intervención desde la sede del órgano de gobierno de los jueces en Madrid en la que ha animado a los alumnos a afrontar su formación “como un gran reto, con ilusión renovada y sin perder de vista la gran misión que vais a desempeñar y, sobre todo, a los destinatarios de la misma, que son los ciudadanos”.
“No olvidemos que detrás de cada expediente, de cada caso, hay personas, familias, que esperan con impaciencia y confianza la resolución de sus conflictos. No les podemos fallar”, ha dicho Lesmes, que ha añadido: “Nuestro compromiso es con la defensa de los valores del Estado de Derecho, entre los que sin duda debemos destacar la existencia de una Justicia independiente que, con los instrumentos que le proporciona el ordenamiento jurídico, resuelva todas las controversias que se le susciten y asegure el respeto a la Constitución y a la Ley por parte de los poderes públicos”.
El presidente del Poder Judicial ha explicado que, debido a la situación de crisis sanitaria derivada de la pandemia de coronavirus, el CGPJ y la Escuela Judicial han querido anticiparse a las eventuales dificultades que puedan seguir dándose, adoptando las medidas necesarias que garanticen el plan docente y la protección de la salud ante cualquier escenario.
Para ello se ha diseñado un programa formativo que plantea la impartición del curso en un doble formato: presencial, en las instalaciones de la sede de la Escuela Judicial en Barcelona; y virtual, a partir de metodologías interactivas, dinámicas y colaborativas.
Por su parte, el director de la Escuela Judicial, Jorge Jiménez, ha destacado que “el ejercicio de la jurisdicción exige conocer el derecho, pero no como ciencia abstracta, sino para su efectiva aplicación. Es necesario aprender a razonar en derecho, a valorar pruebas, a ponderar intereses, a motivar, a garantizar los derechos fundamentales. Tenemos que daros herramientas para que podáis ejercer la jurisdicción dentro de nuestro Estado de Derecho y para que conozcáis y aprehendáis los principios deontológicos de esta profesión. Ese es el reto que tenemos quienes nos dedicamos a la formación de los jueces”.
“Los ciudadanos entienden que un juez, una jueza, debe ser independiente e imparcial. Reclaman además su cortesía, un trato correcto, gran empatía, entender lo que hace y les dice, y aspiran a que tenga un talante prudente y una actitud responsable. Hay que despertar una especial sensibilidad para muchas cuestiones de nuestra vida diaria que pueden comprometer nuestra función jurisdiccional. Sólo con estas virtudes los ciudadanos entenderán que sus derechos subjetivos son definidos de manera serena, reflexiva y profunda, y que la resolución que se emita es ecuánime y rigurosa”, ha añadido.