Desde allí, 55 notarios voluntarios de toda España atendieron las consultas de miles de afectados, se autorizaron 1.066 actas de notoriedad y expidieron 2.959 copias de escrituras públicas (simples y autorizadas).
Según Alfonso Cavallé, decano del Colegio Notarial de Canarias, en la isla “había que dar respuesta a quienes vieron sus propiedades sepultadas bajo la lava del volcán. Unos tenían sus escrituras públicas, de las que se han podido obtener copias autorizadas, otros propietarios carecían de escrituras o no las tenían actualizadas. Un gran número de inmuebles estaba sin inscribir. Muchos sólo tenían “hijuelas” y documentación privada y otros ni siquiera eso. Para paliar esas carencias la labor fundamental de los notarios fue facilitar a los afectados, que no tenían su documentación correctamente, medios para justificar la titularidad o la existencia de sus derechos a fin de que pudieran acceder a las posibles ayudas, indemnizaciones o justiprecios”.
Todos los documentos autorizados en las tres notarías especiales por los notarios voluntarios, principalmente actas de notoriedad, son expedientes complejos que se han elaborado sin coste alguno para los afectados. Esta documentación se ha incorporado en un protocolo especial, que ha sido encuadernado en 40 tomos, de más de 43.200 páginas. Recientemente los decanos de los colegios notariales de Canarias, Cataluña y Valencia; Alfonso Cavallé, José Alberto Marín y Francisco Cantos, respetivamente; que fueron los primeros voluntarios en trasladarse a la isla para poner en marcha las notarías especiales; han depositado el protocolo especial en el Archivo General de Protocolos del distrito de Los Llanos de Aridane, concluyendo de esta manera la labor realizada en las notarías especiales.