Las implicaciones jurídicas de un mundo digitalizado han tratado de ser atendidas por el legislador a través de una normativa cada vez más compleja, diversa y especializada

Propuestas para afrontar los retos de la profesión jurídica frente a los nuevos escenarios digitalizados

Tribuna Madrid
Reglamento europeo de inteligencia artificial y regulacion_img

La irrupción de la inteligencia artificial (IA) en nuestra sociedad resulta una realidad imparable, que crece exponencialmente en extensión e intensidad. El ecosistema jurídico no es ajeno a este avance, y cada vez más, la IA se presenta como un riesgo y una oportunidad para los operadores jurídicos.

Por una parte, la IA constituye un potente instrumento que, aún con las limitaciones propias de su juventud, empieza a ofrecer servicios de documentación y resolución de problemas jurídicos de cierta complejidad. Por otra parte, la IA se presenta como una fuente potencial de controversias jurídicas a las que los abogados deberán hacer frente más pronto que tarde. Así, asuntos como la discriminación algorítmica o la responsabilidad de la IA han pasado de ser algo utópico a una realidad jurídica que ya podemos visualizar en la práctica.

Implicaciones jurídicas

Las implicaciones jurídicas de un mundo digitalizado han tratado de ser atendidas por el legislador a través de una normativa cada vez más compleja, diversa y especializada. Frente a ello, el abogado -de forma creciente- se ha ido especializando en áreas más específicas y complejas que requieren de conocimientos teóricos y experiencias prácticas singulares. Resulta indudable que esta (super)especialización está generando profesionales más cualificados en sus respectivas áreas de pericia; pero, no es menos cierto que esta (super)especialización está llevando a que existan cada vez menos profesionales que tengan una visión jurídica holística que permita aproximarse a los problemas jurídicos desde la amplitud que nuestro contexto actual necesita.

La creciente especialización y la visión global se presentan así como dos necesidades básicas que un abogado digital requiere en nuestra actual sociedad hiperconectada. Aunar ambos elementos parece, en principio tarea compleja. La intensa especialización en un área, parece impedir tener una visión global del Derecho. Para superar esta aparente contradicción, debe pasarse de una concepción atomizada del abogado a una visión cooperativa del ejercicio del Derecho.

Estas consideraciones son las que han motivado el surgimiento de las redes de trabajo conjunto entre abogados, que tienen numerosas ventajas competitivas:

  • Acceso a conocimientos especializados: en una red de abogados, se puede acceder a una amplia gama de conocimientos especializados en diversas áreas del derecho. Esto permite a los abogados resolver casos complejos que abarcan múltiples disciplinas legales.
  • Colaboración y apoyo entre colegas: los abogados que forman parte de una red pueden colaborar entre sí, compartir experiencias y conocimientos, y brindarse apoyo mutuo. Esto puede ser especialmente útil para abordar problemas legales complejos o para recibir orientación en situaciones difíciles.
  • Referencias de casos y clientes: dentro de una red de abogados, los profesionales pueden referirse mutuamente casos o clientes que no se ajusten a su especialidad o capacidad de atención. Esto no solo beneficia al abogado que recibe la referencia, sino que también fortalece las relaciones dentro de la red.
  • Ampliación de la base de clientes: al estar en una red de abogados, los profesionales tienen la oportunidad de acceder a una base de clientes más amplia a través de las referencias de otros miembros de la red. Esto puede ayudar a generar nuevos negocios y a aumentar la visibilidad de la práctica legal.
  • Recursos compartidos: las redes de abogados pueden ofrecer acceso a recursos compartidos, como bases de datos legales, herramientas de investigación, bibliotecas de documentos y software especializado. Esto puede ayudar a los abogados a realizar su trabajo de manera más eficiente y efectiva.
  • Desarrollo profesional: las redes de abogados suelen ofrecer oportunidades de desarrollo profesional, como seminarios, conferencias y programas de capacitación. Esto permite a los abogados mantenerse actualizados sobre las últimas tendencias legales y mejorar sus habilidades profesionales.
  • Presencia nacional e internacional: algunas redes de abogados tienen presencia en múltiples ubicaciones geográficas, tanto a nivel nacional como internacional. Esto puede ser beneficioso para los abogados que desean expandir su práctica a diferentes jurisdicciones o que necesitan asistencia legal en casos con implicaciones internacionales.

Modelos colaborativos

Ejemplo de estos modelos colaborativos es IURISPREVEN, que es una red de despachos jurídicos especializados cuyos pilares son la cercanía, la profesionalidad y la calidad.

IURISPREVEN es una red de abogados colaborativa que permite a los abogados trabajar en global desde la proximidad. IURISPREVEN pone a disposición de cualquier abogado y profesional del derecho una red de servicios, entre los que destacan los accesos a bases de datos especializadas y, muy especialmente, el servicio experto de resolución de consultas jurídica de Lefebvre. Formando parte de IURISPREVEN, cualquier abogado o profesional jurídico pasa de trabajar aislado, a trabajar en global, en una red de ámbito e implantación nacional, de carácter colaborativo y compartiendo conocimiento y filosofía jurídica, sin perder su autonomía económica y de gestión. Formar parte de IURISPREVEN proporciona un cambio de óptica en la prestación del servicio jurídico: mantenemos nuestra esencia de ser abogados de proximidad, pero pensando en global y actuando en local.


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