Pablo Lightowler-Stahlberg Juanes: "Uno de mis mayores desafíos, como el de todo abogado joven, ha sido transmitir confianza y tranquilidad a los clientes"
Un año más queremos conocer la opinión de los abogados y las abogadas jóvenes sobre diferentes cuestiones de gran interés en el sector como la motivación, los desafíos de la profesión, la proyección en las firmas gracias a la aplicación de las nuevas tecnologías o los problemas de salud derivados del estrés laboral.
Entrevistamos a Pablo Lightowler-Stahlberg Juanes (32 años), asociado en Oliva-Ayala Abogados.
¿Cuándo y por qué decides ejercer como abogado?
Desde pequeño, y hasta donde alcanza mi memoria, siempre tuve claro que quería estudiar derecho y ejercer como abogado. El porqué de tal decisión lo desconozco, dado que en mi familia no hay tradición de juristas. Lo más probable, aunque suene a tópico, es que la idea naciese de la visualización de series o películas norteamericanas sobre juicios.
¿Quién o qué situación profesional ha sido determinante en tu carrera? ¿por qué motivo?
No podría quedarme con una única persona o situación profesional que haya determinado mi carrera. Todas las relaciones y vivencias nos afectan y nos van determinado –especialmente en los primeros años de ejercicio–, razón por la que considero esencial rodearte de gente buena, tanto a nivel profesional como personal, y ejercer la abogacía en un entorno con un riguroso sentido de la ética y que busque la excelencia de sus servicios; todo ello lo he encontrado, en su máxima expresión, en Oliva-Ayala.
En los primeros años como profesional ¿Cuáles han sido los mayores desafíos? ¿Cómo los enfrentaste?
Diría que uno de mis mayores desafíos, como el de todo abogado joven, ha sido el de transmitir confianza y tranquilidad a los clientes, supliendo la inicial falta de experiencia con conocimientos, trabajo concienzudo y un absoluto compromiso.
¿Podrías contarnos proyectos en los que has trabajado y cómo han influido en tu desarrollo profesional?
Aunque no fue un proyecto como tal, hace más de cinco años tuve la enorme fortuna de pasar a formar parte Oliva-Ayala Abogados, despacho de referencia en Derecho penal en España. Ello supuso para mí todo un desafío, buscando ofrecer mi mayor nivel y estar a la altura de las expectativas. Desde mi incorporación, siento que no he dejado de crecer profesionalmente al estar rodeado de tan buenos compañeros.
¿Qué te gustaría mejorar en la profesión y por qué?
Sería deseable mejorar la relación entre los abogados y la Administración de Justicia.
Creo que, a menudo, a los abogados no se nos trata con la debida consideración cuando somos un agente más de la Justicia y desempeñamos un papel esencial para la sociedad.
¿Qué opinas sobre la formación de los abogados? ¿Crees que está alineada con las demandas y realidades de la situación actual y los avances de las nuevas tecnologías?
Pienso que, sin quitarle importancia al contenido puramente teórico, en la carrera deberían introducir asignaturas que enseñen aspectos prácticos del ejercicio profesional y, por supuesto, el uso de herramientas de búsqueda y de las nuevas tecnologías.
¿Cómo han influido las nuevas tecnologías y la digitalización en el ejercicio de la abogacía? ¿Qué herramientas son más útiles y cómo crees que cambiarán la profesión en el futuro?
La digitalización y las nuevas tecnologías nos vienen facilitando, desde hace algunos años, muchas labores propias del ejercicio profesional, existiendo grandes expectativas de que cada vez sean más útiles.
Actualmente, los potentes motores de búsqueda de jurisprudencia y de doctrina han convertido lo que antes podía resultar una labor ardua y compleja en una tarea mucho más más rápida y sencilla.
Ahora, en Oliva-Ayala Abogados, estamos implementando nuevas herramientas tecnológicas que nos ayudan a agilizar determinados procesos y ser más eficientes, aunque no creo que tales herramientas puedas llegar nunca a sustituir al equipo humano.
¿Crees que la facilidad por gestionar la tecnología de tu generación te permitirá un desarrollo profesional más inmediato y con más proyección? ¿Por qué?
El avance de las tecnologías es, a priori, algo positivo, pero debe ser bien gestionado. De lo contrario, podría existir el riesgo de idiotización de la sociedad, donde las personas sean incapaces de razonar, discernir o actuar de manera autónoma. Con una gestión adecuada, definitivamente la tecnología debiera permitir un mayor desarrollo social.
¿Qué opinas sobre las medidas de conciliación en la profesión? ¿Qué áreas se pueden hacer mejoras? ¿Cómo logras un equilibrio entre vida personal y ejercicio profesional?
La conciliación es un asunto complejo que, sin duda, requiere la adopción de medidas que no siempre resultan claras o fáciles de llevar a la práctica. La mejor forma de lograr un equilibrio entre la vida personal y el ejercicio profesional es ser lo más eficiente en las horas de trabajo y tratar de desconectar y no llevar trabajo a casa fuera de la jornada laboral.
El ICAM acaba de presentar El I Estudio sobre salud mental de la abogacía madrileña. Entre los datos a destacar se asegura que 6 de cada 10 abogados sufren de ansiedad y casi la mitad han experimentado fatiga, pensamientos negativos y deprimentes y alteraciones emocionales. Además, que las mujeres y los jóvenes son los colectivos más afectados ¿Qué medidas consideras que son imprescindibles para mejorar la salud física y mental de los abogados?
Considero que las mejores medidas para mejorar la salud mental son una mayor conciliación y flexibilidad horaria, previendo la posibilidad de teletrabajar parcialmente. En definitiva, todo aquello que permita al abogado configurar mejor sus jornadas de trabajo atendiendo a sus necesidades o preferencias. En lo que respecta a la salud física, me parece claro que la mejor medida pasa por fomentar el deporte mediante la subvención de actividades o bonos gimnasio.