Un año más tiene lugar el día Internacional del Orgullo (28 de junio), un movimiento internacional en defensa de la igualdad de los Derechos Humanos del colectivo LGTBIQ+ vulnerado todavía en muchas situaciones.
En un escenario laboral, hoy día cada vez más empresas afianzan su compromiso para erradicar la homofobia o transfobia, promueven la igualdad de trato y garantizan como valores fundamentales la diversidad y la inclusión del colectivo LGBTIQ+ en el ámbito laboral.
Un trabajo digno, en la igualdad de género, supone que tanto hombres como mujeres tengan la misma oportunidad de un empleo donde el salario y las condiciones de trabajo respondan a la igualdad real, independientemente de su orientación sexual.
Lamentablemente, muchos trabajadores del colectivo LGBTIQ+ siguen padeciendo una fuerte diferenciación, o incluso exclusión, en el mercado laboral, tanto en países más desamparados legalmente como en países que ofrecen protección contra la discriminación por orientación sexual.
En el ámbito normativo, desde el año 2000, la Unión Europea prohíbe la discriminación por orientación sexual en el ámbito laboral. La Directiva del Consejo 2000/78/CE, de 27 de noviembre de 2000 establece un marco general para la igualdad de trato en el empleo y la ocupación.
España es uno de los países donde la Comunidad LGBTIQ+ sufre una menor discriminación, recordamos que el artículo 14 de la Constitución Española establece que: “Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social” y desde el contexto propiamente laboral el Estatuto de los Trabajadores, en su artículo 17, hace referencia a la no discriminación en las relaciones laborales, así como la Ley de infracciones y sanciones del orden social que califica como muy grave aquellas que impliquen un trato desfavorable por razón de sexo o un incumplimiento del principio de igualdad de trato.
Si bien es cierto que a nivel social cada vez es menos adverso, en el colectivo LGTBIQ+ sigue existiendo el miedo a sufrir cualquier situación discriminatoria y esto es, sin duda, el mayor obstáculo para su normalización social. Según fuentes estadísticas, la tasa más alta de desempleo se encuentra en el colectivo transexual y un alto porcentaje de la comunidad LGTBIQ+ en España sigue considerando ocultar su orientación sexual en el ámbito laboral.
En este escenario en el que nos encontramos es necesario que se eliminen las barreras de inserción socio laboral y aumenten los controles para asegurar que todas las personas puedan conseguir un trabajo con independencia de su orientación sexual, eliminando así la discriminación.
Existe, por tanto, la necesidad de promover el empleo, generando oportunidades en un entorno de seguridad y equidad, garantizando así una protección social que favorezca un trabajo digno. Administración, empresarios y sindicatos tienen el deber de desarrollar dichas acciones de sensibilización para concienciar a la población de la situación de la discriminación que las personas LGTBIQ+ siguen sufriendo.
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