La sentencia de instancia declaró probado que la mascota tuvo que ser rescatada por los bomberos en marzo del pasado año a través de un balcón. Fueron los vecinos del edificio quienes alertaron de la situación a las autoridades, tras constatar que el perro llevaba varios días solo en casa, sin cuidados ni alimentación, ladrando y llorando por la falta de cuidados.
El juzgado condenó a la acusada, que era la expareja del verdadero propietario del can pero estaba al cuidado de éste desde mucho tiempo atrás, a pagar una multa de 540 euros.
Asimismo, decretó su inhabilitación especial durante seis meses para ejercer profesiones, oficios o actividades comerciales que tengan relación con los animales.
La Sección Quinta de la Audiencia de Valencia ha confirmado ahora esa sentencia tras desestimar el recurso de apelación contra la misma presentado por la condenada. El tribunal considera que el cuadro probatorio de la resolución recurrida “no deja el menor margen para la duda y la valoración de la prueba es de una racionalidad inobjetable”.
El fallo de la Audiencia recoge que un examen veterinario confirmó que el perro presentaba un “estado higiénico-sanitario deficiente” con piel deshidratada, pelaje sucio, atrofia muscular, enfermedades intestinales y debilidad, entre otros síntomas. En definitiva, “un malestar generalizado muy próximo a la desnutrición”.