El Consejo General del Poder Judicial avaló la idoneidad de la candidata propuesta por el Consejo de Ministros para desempeñar el cargo.
En su intervención, Delgado ha hecho un repaso de su trayectoria a lo largo de 30 años de ejercicio profesional, destacando su recorrido como fiscal hasta su llegada al Ministerio de Justicia: "En junio de 2018 fui nombrada ministra de Justicia. Mi labor al frente del Ministerio ha enriquecido mi perfil como profesional, dándome una visión integral del sistema de Justicia de nuestro país y un profundo conocimiento de sus actores", y ha añadido: "Si se parte del concepto de servicio público, el hecho de haber sido ministra, no debe entenderse como una debilidad, sino como una fortaleza".
Hacia una Fiscalía del siglo XXI
Delgado se ha comprometido a trabajar en la apertura de la Fiscalía ya que es una “institución relativamente desconocida”, asegura. Para ello, pretende mejorar el día a día de los fiscales aumentando los medios: "Necesitamos un fiscal del siglo XXI que incorpore lo mejor de la modernidad y conserve la esencia de nuestra labor: los principios de transparencia, motivación y publicidad deben estar presentes. La enorme capacidad de una institución cuya implantación territorial le permite llegar hasta el último rincón de España es un patrimonio que no puede ser desaprovechado".
Además, ha abogado por reformar la Ley de Enjuiciamiento Criminal y encomendar la instrucción penal a los fiscales, tal y como ocurre ya en muchos de los países de nuestro entorno: “El modelo de juez de instrucción está obsoleto y debe ser sustituido por otro basado en un juez de garantías y un fiscal investigador”.
Digitalización de la Justicia
Otro de sus principales objetivos es garantizar la integridad de los expedientes y la propia seguridad del expediente digital, por ello, se propone impulsar el desarrollo de un sistema de información y una red integrada para todas las fiscalías, que permita la inmediata identificación de los procedimientos, la información estadística y las bases de datos de ámbito nacional, y la conexión telemática permanente entre las fiscalías.
Una Fiscalía verde
Delgado ha apostado por dedicar todos los esfuerzos posibles a la lucha contra el cambio climático con una “Fiscalía verde”, provista de medios técnicos públicos y en colaboración con otras instituciones, con atención especial a las emisiones atmosféricas, control de vertidos, control de residuos, ordenación del territorio y urbanismo y lucha contra incendios forestales.
Mayor autonomía
Delgado ha propuesto también una reforma del Estatuto Orgánico Fiscal que redunde en el reforzamiento de autonomía, aumentar la cooperación con instituciones internacionales reforzando el modelo de Justicia europeo, la lucha contra la corrupción y criminalidad organizada, la lucha contra la violencia de género, reforzar el papel de las mujeres en la institución y facilitar el acceso a la carrera mediante becas. También se ha referido a la necesidad de reformar el Reglamento Fiscal que data de 1969.
Asimismo, ha señalado como otra meta de su mandato la culminación del Código Ético para el Ministerio Fiscal, sobre el que se ha venido trabajando con anterioridad.
Ha recordado que las principales prioridades de la Fiscalía son la protección a las víctimas y a los colectivos más vulnerables: “No puedo entender esta noble profesión si no es desde el compromiso con las víctimas”.