En pleno proceso de debate y consulta pública de la reforma de la gobernanza económica de la UE, el informe emitido por la institución propone formular nuevas reglas fiscales "más sencillas, transparentes y realistas; que favorezcan la reducción tendencial de la deuda pero permitan fluctuaciones del déficit anticíclicas".
Asimismo, plantea medidas transitorias que permitan la armonización de la posición fiscal inicial de los Estados a través de medidas de ajuste fiscal más extendidas en el tiempo para los países más endeudados. Además, también plantea la creación de fondos de redención que absorban la deuda de los Estados que sobrepase un determinado umbral.
De igual modo, recomienda introducir mecanismos para proteger el gasto público de manera que este favorezca el crecimiento sostenible e inclusivo en los periodos de consolidación fiscal.
Sobre los fondos Next Generation EU (NGEU), desde el CES han afirmado que suponen "un importante avance para la construcción europea" porque constituyen "el primer paso para la creación de herramientas europeas de estabilización macroeconómica".
Sin embargo, ha advertido de que siguen siendo necesarias las herramientas fiscales supranacionales permanentes, entre las que se incluiría algún tipo de reaseguro de desempleo comunitario o apoyos a la política monetaria de la UE para salvaguardar su estabilidad macroeconómica.
Además, insta a redoblar los esfuerzos para profundizar en la integración fiscal de la UE, ante el riesgo creciente de que se produzcan grandes perturbaciones económicas en el futuro asociadas a dinámicas estructurales como son el cambio climático, la globalización o mayor poder por parte del mercado.
En paralelo, el informe ve pertinente incluir los indicadores sociales (como desigualdad social, igualdad de género, pobreza, incluida la infantil, y con carácter transversal la perspectiva medioambiental y digital, en los mecanismos de supervisión, como el Procedimiento de Desequilibrio Macroeconómico (PDM), habida cuenta de su influencia en las finanzas públicas y, por ende, en la estabilidad macroeconómica de los Estados miembros.