Los ahora ya letrados han hecho pública su unión a la profesión y la Corporación, poniendo de manifiesto que la Abogacía es un colectivo vivo y de futuro. Siguiendo una tradición centenaria, los nuevos colegiados han entrado uno a uno al Salón de Actos del Colegio, acompañados por sus padrinos, para prestar juramento o promesa ante los miembros de la Junta de Gobierno.
El decano del Colegio, Eduardo Torres, ha sido el encargado de dar la bienvenida a su “casa profesional” a los 39 nuevos letrados, a los que ha recordado el contenido del artículo 1 del Estatuto de la Abogacía, en el que se señala que, a partir de ahora, ejercerán una “profesión libre e independiente” en la que “deben velar siempre por los intereses de aquellos cuyos derechos y libertades defienden” bajo los principios y valores de “independencia, libertad, dignidad e integridad, así como el respeto del secreto profesional”.
“La abogacía es una profesión dura, pero atractiva; difícil, pero libre e independiente; de largo recorrido, pero apasionante”, ha señalado Torres, quien ha insistido en la importancia de estar actualizados y constantemente en formación como parte de este nuevo “reto personal y profesional”, por lo que ha instado a los nuevos miembros del Colegio de Abogados a participar en los grupos y actividades de la institución, deseándolos toda clase de éxitos en la carrera profesional que acaban de emprender.