Un año más queremos conocer la opinión de los abogados y las abogadas jóvenes sobre diferentes cuestiones de gran interés en el sector como la motivación, los desafíos de la profesión, la proyección en las firmas gracias a la aplicación de las nuevas tecnologías o los problemas de salud derivados del estrés laboral.
Entrevistamos Guillem Valencia (26 años), abogado de Santiago Mediano Abogados especializado en derecho mercantil y societario, así como protección de datos.
¿Cuándo y por qué decides ejercer como abogado?
Durante mis estudios universitarios, trabajé en la gestión operativa y financiera de una empresa tecnológica. Habiendo coincidido en varias ocasiones en reuniones con los abogados de aquella empresa acabé concluyendo que, en el futuro, quería estar en su lado de la mesa. A las dos semanas, empecé mis primeras prácticas en un despacho y abandoné el grado en Economía para poder focalizarme en el estudio y práctica del derecho.
¿Quién o qué situación profesional ha sido determinante en tu carrera? ¿por qué motivo?
No considero que exista, en mi trayectoria, una situación concreta y determinada en el tiempo que haya influido radicalmente en mi carrera profesional. Al contrario, los primeros años de práctica profesional son, por sí mismos y en su conjunto, lo que ha sido más determinante hasta ahora, pues me han ayudado a reafirmarme en la elección de una carrera profesional apasionante, como es la abogacía. Ahora, viendo las oportunidades de crecimiento profesional que me ha brindado el equipo de Santiago Mediano Abogados, puedo decirlo con mayor certeza.
En los primeros años como profesional ¿Cuáles han sido los mayores desafíos? ¿Cómo los enfrentaste?
Quienes empezamos nuestra carrera profesional durante la etapa más difícil de la pandemia sabemos lo complicado que fue adaptarse a los cambios inesperados en los estudios y a la búsqueda de prácticas o del primer empleo. De esa experiencia, aprendí a aceptar y gestionar el cambio y el caos como parte de mi día a día. Es un aprendizaje que hoy aplico en cada caso que abordo. En Santiago Mediano Abogados creemos que cada experiencia nos fortalece y nos ayuda a dar soluciones más eficaces y personalizadas a nuestros clientes, la empatía es clave en un abogado.
¿Podrías contarnos proyectos en los que has trabajado y cómo han influido en tu desarrollo profesional?
La gestión de clientes internacionales en colaboración con colegas de todo el mundo es, probablemente, la ocasión más provechosa en el día a día de un joven abogado. Conocer cómo es la práctica jurídica en otros rincones del mundo no es solo curioso, sino un clarísimo valor añadido en el crecimiento personal y profesional de uno mismo. Además, en mi rol como corresponsable del grupo de abogados jóvenes de EMEA de Mackrell International, red de despachos de la que Santiago Mediano Abogados forma parte, tengo el privilegio de conocer, trabajar y encontrarme con jóvenes brillantes de todos sitios. Es una experiencia inigualable.
¿Qué te gustaría mejorar en la profesión y por qué?
La abogacía, siendo una profesión profundamente vinculada a la tradición y las costumbres, enfrenta el desafío de adaptarse a las demandas y ritmos del mundo moderno. Sin embargo, es precisamente este equilibrio entre lo tradicional y lo innovador lo que puede llevarnos hacia una mejora real. Creo firmemente que valores fundamentales como la confianza mutua y la transparencia entre colegas son pilares sobre los que podemos construir una abogacía más moderna y eficiente. En Santiago Mediano Abogados apostamos por la tecnología, pero si algo sabemos es que la clave del éxito radica en el equipo humano.
¿Qué opinas sobre la formación de los abogados? ¿Crees que está alineada con las demandas y realidades de la situación actual y los avances de las nuevas tecnologías?
No siempre lo mismo sirve para todo el mundo, y tampoco la misma formación es adecuada para todos los tipos de prácticas jurídicas. Tampoco es necesariamente imprescindible un conocimiento tecnológico profundo para todos abogados, pero sí lo es el desarrollo de un criterio jurídico individual y profesional, acorde a los cambios tecnológicos que vive nuestra profesión. Lo contrario sería quedarse atrás.
Para un abogado, la formación debe ser continua, y la tecnología no es una excepción.
¿Cómo han influido las nuevas tecnologías y la digitalización en el ejercicio de la abogacía? ¿Qué herramientas son más útiles y cómo crees que cambiarán la profesión en el futuro?
La automatización de procesos y la aplicación práctica de la IA generativa es un arma de doble filo: nos facilita y agiliza los procesos de menor valor añadido, pero nos alejan (especialmente en los primeros años de práctica) de la repetición y prueba-error tan importantes para el aprendizaje de nuestra profesión, privándonos del desarrollo de un criterio propio. Debemos ver la IA como una oportunidad, pero debemos ser conscientes que no está exenta de riesgos.
¿Crees que la facilidad por gestionar la tecnología de tu generación te permitirá un desarrollo profesional más inmediato y con más proyección? ¿Por qué?
Como decía antes, sólo las herramientas que incorporen nuevas tecnologías, condicionadas al criterio de cada profesional, serán verdaderamente útiles en el largo plazo. No cabe confundir la facilidad del “nativo” digital con el criterio necesario para decidir qué tecnologías usar e implementar.
¿Qué opinas sobre las medidas de conciliación en la profesión? ¿Qué áreas se pueden hacer mejoras? ¿Cómo logras un equilibrio entre vida personal y ejercicio profesional?
La flexibilidad que todos buscamos no siempre es compatible con la exigencia de buen servicio a la que aspiran nuestros clientes. Por ello la conciliación no es individual, sino un trabajo de equipo que hacer compañeros y clientes. La conciliación no es posible si no cuentas con un entorno de confianza, compañerismo y objetivos claros.
Por suerte, en Santiago Mediano Abogados hemos logrado ese equilibrio entre conciliación y compromiso con nuestros clientes.
El ICAM acaba de presentar El I Estudio sobre salud mental de la abogacía madrileña. Entre los datos a destacar se asegura que 6 de cada 10 abogados sufren de ansiedad y casi la mitad han experimentado fatiga, pensamientos negativos y deprimentes y alteraciones emocionales. Además, que las mujeres y los jóvenes son los colectivos más afectados ¿Qué medidas consideras que son imprescindibles para mejorar la salud física y mental de los abogados?
En la misma línea que lo anterior, no cabe hablar de bienestar aisladamente, sino como un resultado más de un entorno sano y civilizado. Un buen ambiente de trabajo, unas condiciones laborales adecuadas o una visión clara de futuro son imprescindibles para la buena ventura de los jóvenes abogados.