La Unión Europea busca alinear la inversión financiera con una economía más resistente al cambio climático (preservar la biodiversidad, prevenir la contaminación y promover la economía circular), al tiempo que promueve consideraciones sociales y de buena gobernanza (igualdad, inclusión, derechos humanos y la inversión en capital humano y en comunidades).
La gobernanza de las entidades públicas y privadas incluye estructuras de gestión, relaciones laborales, y una remuneración responsable para los ejecutivos.
Con la nueva política, los actores financieros y corporativos deberán rendir cuentas de su desempeño en ASG, exigiéndoseles requisitos más estrictos de divulgación e información.
Esto permitirá a la UE alcanzar sus objetivos de desarrollo sostenible, medioambiental y social, y que los organismos financieros y empresas cumplan con las exigencias de transparencia y de divulgación de la información.