Los auditores europeos han publicado este martes un estudio que evalúa la aplicación de la directiva sobre asistencia sanitaria transfronteriza, aprobada en 2011. Esta normativa tiene el objetivo de garantizar la asistencia "segura y de alta calidad" dentro y fuera de la UE y disponer de reembolso del tratamiento en el extranjero se realice en las mismas condiciones que en el país de residencia.
En concreto, analizaron si la Comisión Europea ha supervisado la aplicación de la directiva y apoyó a los Estados miembros en su labor de informar a los pacientes sobre sus derechos, así como los resultados obtenidos en los intercambios transfronterizos de datos sanitarios.
"Los ciudadanos de la UE aún no se benefician lo suficiente de las ambiciosas medidas estableidas en la directiva. Las medidas de la UE comprenden el derecho al tratamiento transfronterizo, facilitar el intercambio de datos sanitarios de pacientes y diversas iniciativas en materia de enfermedades raras. Pero tiene que mejorar la gestión para que se cumplan estas expectativas", ha declarado el miembro del Tribunal de Cuentas responsable del informe, Janusz Wojciechowski.
Así, los auditores han destacado que la Comisión Europea subestimó las dificultades que supone el despliegue de una infraestructura de sanidad electrónica de toda la UE. En concreto, en noviembre de 2018, cuando se elaboró el informe, los Estados miembros "sólo se disponían a iniciar" dicho intercambio, por lo que "no se podían demostrar los beneficios a los pacientes".
De la misma forma, el documento del Tribunal de Cuentas lamenta que la Comisión Europa no evaluó "adecuadamente" la posible utilización o rentabilidad del intercambio transfronterizo de datos sanitarios.
Por último, los auditores europeos afirman en su informe que las redes europeas de referencia para las enfermedades razas son una innovación "ambiciosa" y gozan de "amplio apoyo", pero se enfrentan a "dificultades importantes" para garantizar su sostenibilidad financiera y su capacidad de funcionar con eficacia entre los distintos sistemas nacionales.
En consecuencia, recomiendan al Ejecutivo comunitario que apoye en mayor medida a los puntos nacionales de contacto para mejorar la información sobre los derechos de los pacientes a la asistencia sanitaria transfronteriza, que se preparen mejor para los intercambios de datos sanitarios y que mejoren el apoyo a las redes europeas de referencia para facilitar el acceso a asistencia sanitaria de pacientes con enfermedades raras.