Para María José Landaburu, secretaria general de Uatae, "los datos dan visibilidad a la precariedad, que sigue acrecentándose incluso con el auge sobrevenido del teletrabajo, y que pone de manifiesto la realidad, especialmente la de los trabajadores y trabajadoras autónomas, con lo que respecta a los problemas de salud que se generan en el autoempleo".
Pese a que los datos del año 2020 estuvieron marcados por la pandemia, los cierres y los ERTE, si se comparan las cifras de 2021 con respecto a 2019, se aprecia un aumento significativo (+1,15%) para el mismo periodo de tiempo, según la Asociación. Para Uatae, este hecho constata la necesidad de abordar, dadas las especificidades y hechos concretos del colectivo, un plan de protección y prevención propio para autónomos y autónomas.
"La invisibilidad con la que se aborda esta cuestión por parte de la Administración y de la opinión pública es otra de las tareas pendientes a abordar para revertir esta lacra que cada año salpica a más autónomos y que repercute de forma directa en sus actividades económicas y familiares", alertan desde Uatae.
Asimismo, recuerdan que hay que sumar los casos que no se contabilizan debido a las carencias existentes en el sistema de protección social de los trabajadores y trabajadoras por cuenta propia, que hace que muchos accidentes no comporten baja médica, por la insuficiencia de las prestaciones asociadas a la incapacidad temporal.
Además, Landaburu indica que "cargar siempre la culpabilidad sobre un único lado de la balanza", no solo es insuficiente a la hora de abordar la problemática, sino que también se vuelve como "algo pernicioso", porque evita activar mecanismos políticos que vayan en la línea de garantizar un marco normativo que sea garantista y que sirva para concienciar y formar en la prevención de posibles riesgos laborales.