El sindicato ha denunciado en un comunicado que las empresas no están negociando esta modalidad de teletrabajo y ha advertido de que ello dará lugar a conflictividad en términos de prevención de riesgos, dotación de medios y conectividad y derecho a la desconexión.
La organización sindical ha emplazado a las empresas a abandonar "la cultura única de la presencialidad" de los trabajadores, sobre todo ante el actual proceso de digitalización, y a que se comprometan a articular el teletrabajo en toda su extensión a través de la negociación colectiva.
"Se trata de ir enriqueciendo una ley pionera, que no puede permanecer enquistada y sin validez en la práctica", ha apuntado el sindicato, que ha criticado que el lema "machacón" de "el teletrabajo ha venido para quedarse" ha sido un "pretexto" que han usado la mayoría de las empresas para ganar tiempo.
UGT recuerda que la ley de trabajo a distancia garantiza que el trabajador tiene los mismos derechos tanto si está en su centro de trabajo como si teletrabaja, incluso si dicho teletrabajo se realiza fuera de su domicilio habitual.
El sindicato avisa de que teletrabajar en una segunda residencia presenta particularidades que la negociación colectiva debe abordar para evitar conflictos. Por ejemplo, en la aplicación de la prevención de riesgos laborales, y más específicamente, en el apartado de los accidentes de trabajo.
"La ley remarca que un accidente laboral es todo aquel que se produce durante el tiempo y lugar de trabajo. Y una segunda residencia, cuando se está teletrabajando, es un lugar de trabajo a todos los efectos. Sin embargo, muchas empresas están empezando a cuestionar esta realidad, lo que incurrirá en una innecesaria judicialización, que se evitaría si la negociación colectiva regulara esta particularidad", sostiene UGT.
Lo mismo es aplicable al derecho a la desconexión, al registro de jornada y al horario de trabajo. A juicio de UGT, las prácticas que están desplegando muchas empresas, "que permiten el teletrabajo en segundas residencias para soslayar la duración máxima de la jornada, son inaceptables y directamente ilegales".
UGT insiste en que todos estos derechos, así como el derecho a la formación, al horario flexible, la intimidad y protección de los datos o a la obligación de formalizar un contrato de teletrabajo que contenga todas las condiciones para trabajar a distancia, "son de plena aplicación tanto en el domicilio habitual como en una segunda residencia".