En España en el año 2015, un 27,6% de mujeres (de 25 a 54 años) empleadas con 1 hijo trabajaba a tiempo parcial frente al 5,8% de hombres. En el caso de 3 o más hijos los porcentajes eran de un 25,4% de mujeres y un 5,9% de hombres.
En cuanto al cuidado de personas dependientes a tiempo parcial la Encuesta de Condiciones de Vida realizada por el INE para el año 2015 indicaba que el porcentaje de mujeres del 61,9% frente al 41,2% de hombres y estaba fijado en la franja de edad de entre 35 y 55 años, precisamente el grupo de edad con mayor población activa.
Datos generales sobre el condicionamiento de trabajo de la mujer tanto para el cuidado de niños como para el cuidado de personas dependientes que suponen un obstáculo en el desarrollo profesional de género. La maternidad no puede obstaculizar el ejercicio profesional general y de la abogacía en particular. Para Alicia Segovia Marco, Secretaria General Técnica del Ministerio de Fomento, “nuestra asignatura pendiente es conciliar la maternidad con la carrera profesional”.
Conseguir la conciliación en el sector de la abogacía es fundamental para el ejercicio de la profesión y en definitiva, para el progreso de la sociedad. Para la Secretaria General Técnica “una sociedad que penaliza a las mujeres trabajadoras por ser madres y clasifica a las personas en femenino o en masculino desde la infancia, marcando su evolución, está abocada a no progresar”.
Además de llevar a cabo iniciativas como la del Consejo General de la Abogacía para la creación un Grupo de Trabajo para la Igualdad que elimine prejuicios y estereotipos y para la corrección de la desigualdad de la mujer será necesario, en palabras de Segovia Marco que “se consiga conciliar maternidad con carrera profesional sin que en ningún momento se detengan ambas ” El citado grupo de trabajo tiene como objetivo corregir la desigualdad en la profesión jurídica y fundamentalmente, tratar de incrementar la formación de los profesionales de la Abogacía en la perspectiva de género.
Hay que tener en cuenta que un obstáculo añadido en el tema de conciliación está en la carencia de servicios o servicios muy caros para el cuidado de niños y adultos. Y, por tanto, en la obligación de que el empleado tome distancia con respecto a su lugar de trabajo, tele-trabajando. Desde hace cinco años y en base al Real Decreto 3/2012 de 10 de febrero, la jurisprudencia comienza a manejar conceptos relacionados con la “flexiguridad”. Las políticas de “flexiguridad” promueven unos mercados laborales más accesibles que favorecen el acceso a puestos de trabajo de calidad para las mujeres y los hombres permitiendo conciliar la vida profesional y la vida familiar.
En suma, asistimos a iniciativas institucionales en el sector jurídico, nueva jurisprudencia, políticas laborales definidas y sobre todo, una evolución positiva del concepto de género. Todo es fundamental para abrir una nueva etapa en que la mujer pueda tener una integración en el acceso a la abogacía evitando el desequilibrio, eliminando asignaturas pendientes como la conciliación de la maternidad y favoreciendo que el derecho se convierta en mecanismo para una igualdad plena de género.
