Esta entrevista a José Mª Fernández Comas Activista legaltech,tiene ocasión con motivo del próximo lanzamiento de la Guía Legaltech, marketplace para poner en contacto a juristas con proveedores de información y tecnología legales. Creador de Abogazía, programa de eventos formativos para estudiantes de Derecho y abogacía joven. Conferenciante en Colegios de Abogados y Universidades sobre temas vinculados a la gestión y tecnología legales.
¿Cómo está actualmente el sector legaltech en España?
Hace casi 2 años dije en este mismo medio que el sector legaltech estaba en un estado prometedor. En estos momentos creo que se puede decir que está creciendo de forma notable. No vertiginosa, porque a veces se generan expectativas en exceso generosas (también aquí es aplicable la Ley de Amara), pero si se puede hablar de una industria legaltech muy atractiva. Eso se percibe en el incremento de proyectos y las crecientes inversiones que se producen. Lógicamente, hay iniciativas que no logran estar a la altura y desaparecen del mercado. Normalmente, se trata de proyectos con una estructura empresarial desequilibrada desde sus inicios, en los que no se llega a amalgamar en su núcleo duro las dosis necesarias de conocimiento jurídico, músculo tecnológico y marketing, ventas y comunicación. Hay gente que juega a legaltech, pero también mucha que desarrolla legaltech de forma muy profesional y, además, exitosa.
¿Qué habría que propiciar o hacer para que los despachos apuesten por el sector legaltech?
Antes de contestar quiero recordar la definición que sobre legaltech hizo Raúl Rubio, socio de Baker & McKenzie, en el último ‘Estudio sobre innovación y tendencias en el sector legal’ de Lefebvre: “Legaltech no es una actividad ni una tecnología: es un concepto. Hay que utilizar la tecnología para transformar el ejercicio de la profesión en beneficio del abogado y del cliente”. Es decir, el abogado debe poner al cliente y a su eficiencia en el centro de la ecuación. Y eso exige un cambio de actitud en los despachos. A corto plazo, parece imprescindible el liderazgo de un miembro de la firma con auctoritas (y si es posible con potestas) para materializar esa gestión del cambio.
A medio y largo plazo, los Colegios de Abogados y las universidades son clave, porque la formación es la piedra angular. Se habla mucho de la brecha que se está abriendo entre despachos digitalizados y los analógicos. Pero esta brecha se hace extensible a los Colegios de Abogados, y también en las universidades. En las universidades públicas, por ejemplo, y salvo honrosas excepciones, es muy difícil localizar ya no posgrados especializados en Legaltech, sino asignaturas en los planes docentes de los Grados relacionadas con la gestión y la tecnología legales. También es muy complicado identificar contenidos sobre habilidades, esas soft skills (negociación, oratoria, actuación en Sala, habilidades comerciales, competencias digitales, etc.) que cada vez en mayor medida exigen las firmas.
¿Cree que los abogados están evolucionando o aún son reacios a adoptar las nuevas tecnologías en el ejercicio de su labor profesional?
Se dice que la abogacía es conservadora, que en su naturaleza no cabe el verbo arriesgar. Y que es reacia a los cambios, incluso que aborrece la tecnología. Pero lo cierto es que hay una generación muy amplia de abogados que en su momento consultaba legislación y jurisprudencia en papel (con la inherente inseguridad jurídica del formato y el derroche de tiempo en estas tareas) y en relativamente pocos años pasó a hacerlo en internet. Esos abogados sí saben cómo la tecnología les ha ayudado a ser más eficientes.
También hay que decir que durante mucho tiempo (y afortunadamente esta fenómeno está claramente remitiendo) algunos proveedores de tecnología legal han creado herramientas donde conceptos como usabilidad y experiencia de usuario no tenían ningún protagonismo. Como digo, creo que la tendencia de las legaltech, desde compañías multinacionales como Lefebvre hasta otras con perfil de startup, es a diseñar soluciones muy fáciles de usar e intuitivas.
¿Por qué cree que las start ups jurídicas deben apostar por las nuevas tecnologías como blockchain, big data, IA, la nube,…?
Igual que las firmas deben implementar tecnología allí donde tenga sentido y pueda cubrir sus necesidades, las startups deben seguir el mismo razonamiento. Hace unos días durante el Legal Future Day que organizamos junto a AJA Madrid me comentaba Gonzalo García-Valdecasas, abogado y cofundador de CYSAE Legaltech, que veía cómo algunas startups utilizaban tecnologías disruptivas como blockchain sin ningún sentido, sin que ello se traduzca en un valor añadido para el cliente.
Pero cuando una herramienta se basa en estas tecnologías con una idea clara y fundamentada, los resultados son espectaculares. Gracias a nuestro trabajo en la Guía Legaltech tenemos la oportunidad de estar software de analítica jurisprudencial predictiva, de gestión con videofirma basada en blockchain, de análisis y revisión de contratos, de reconocimiento de voz, y la experiencia es realmente asombrosa.
Pero no olvidemos que se ha generado cierto postureo alrededor del uso de la inteligencia artificial y de tecnologías disruptivas en muchas startups con el objetivo de lanzar una imagen más atractiva en el mercado. Y en demasiadas ocasiones, o se trata de publicidad engañosa, o de un uso sin estrategia alguna.
¿En qué consiste la guía legaltech?
La Guía Legaltech es un marketplace que quiere poner en contacto a los despachos, asesorías jurídicas, colectivos e instituciones del sector legal con los proveedores de tecnología para que tengan un conocimiento más exhaustivo e imparcial de los servicios que ofrecen, y puedan tomar decisiones informadas que cumplan con sus necesidades y los requerimientos de sus clientes. Proporciona metadatos básicos de cada herramienta, contenido analítico y entrevistas en formato vídeo que contienen claves prácticas y reales sobre los productos y servicios. Siempre intentando proporcionar a nuestros usuarios, los juristas, una experiencia muy amable, gráfica y con información muy práctica.
Como proyecto escalable, se introducirán en el futuro más funcionalidades, como las valoraciones de los propios usuarios, nuevos filtros de búsqueda y la edición de un ebook de actualización periódica con los contenidos de la Guía, entre otras. Y en los próximos días estrenaremos un nuevo tipo de contenido en vídeo en el que analizaremos y compararemos soluciones legaltech de un mismo nicho.
¿Cómo surgió la idea de crearla?
La Guía Legaltech es una evolución de Lexplorer, comparador de bases de datos, formación jurídica y software de gestión que diseñamos hace unos años. Pronto nos dimos cuenta que la industria legaltech iba a cambiar radicalmente. Fue entonces cuando se incorporó como colaboradora externa pero imprescindible Amanda Guglieri, aportando todo su talento en programación, diseño de producto y experiencia de usuario.
Tomamos la decisión de proponer un nuevo modelo de marketplace, fundamentado en tres frentes estratégicos. En primer lugar, software para mejorar la competitividad y eficiencia de despachos y asesorías jurídicas (gestión del conocimiento, del negocio, del talento y documental). En segundo lugar, aplicaciones y plataformas que están afectando la forma de prestar servicios legales (abogacía digital, reclamaciones online, chatbots legales). Y por último, procesos formativos especializados en legaltech, abogacía digital, ciberseguridad y tecnologías disruptivas, absolutamente prioritarios para afrontar el cambio de paradigma que estamos viviendo.
En los tres frentes el contenido de calidad e imparcial debe ser el protagonista, y por eso acomodamos la Guía Legaltech en nuestra publicación Derecho Práctico, especializada en gestión del despacho, legaltech y habilidades. Algunas legaltech se definen como el TripAdvisor de los abogados, o el Google de los despachos. A nosotros, sumando Derecho Práctico y Guía Legaltech, nos molaría mucho ser (y esta idea se la copio a Amanda) la Xataka del legaltech en España. Y por cierto, si todo va bien, en pocos meses también en México.
¿Qué se persigue con ello?
La Guía Legaltech facilita a despachos de abogados y asesorías jurídicas elegir la herramienta, software y plataforma que más se ajuste a sus necesidades, a partir de una información diversa, imparcial y de calidad. En esta sentido, tenemos dos tipos de contenido que aportan mucho valor. Por un lado, por un lado, las reseñas analíticas de software, aplicaciones y plataformas que escribe un equipo externo que llamamos Legaltech Analytics, formado por excelentes profesionales de la industria legaltech como son Andrés Romero, abogado y CEO de Legaliboo; Ximena Bernaldo de Quirós, abogada y CEO de iUrisfy; Saúl Amado, consultor jurídico y CEO de Arzeus; Juan Cruz Rodríguez López, abogado y cofundador de Vinculatio; Ángel Guirao, abogado y CEO de Lawers; Carlos García-Egocheaga, director de LexSoft Systems; Amanda Guglieri, directora de marketing de Editorial Reus, y Leticia Seara, CEO de Lexdigo. Por otro lado, están las entrevistas en vídeo que etiquetamos como #EnTerritorioLegaltech, que lleva a cabo nuestra colaboradora Amanda Guglieri, con un tratamiento del contenido realmente innovador y exigente.
También tenemos el humilde propósito de facilitar y apoyar la transformación digital tan necesaria en el sector legal, siendo un enlace entre los profesionales jurídicos y la tecnología. Como publicación, Derecho Práctico quiere concienciar y orientar al mundo jurídico en el cambio digital. Como marketplace, Guía Legaltech ofrece un contenido de valor e imparcial a los juristas para que localicen el software que realmente cubre sus necesidades para que su despacho o asesoría jurídica sea más competitiva y eficiente.