Agentes de la Policía Municipal de Madrid, en un patrullaje preventivo en la Cañada Real, vieron un 'pulpo' de los que se usa para la recogida de chatarra trabajando en el interior de una parcela. La Unidad de Medio Ambiente (UMA) tiene controlados los gestores de residuos, chatarrerías, vertederos, etcétera, y en ese lugar no podía realizarse ningún tipo de actividad con esas características.
La Policía Judicial de la UMA se encargó de la realización de la inspección ocular, y de la investigación de los elementos contaminantes encontrados, para poder determinar el alcance del riesgo medioambiental.
Las UCS controlaron acceso y el equipo de SEVEMUR procedió a la recogida y revisión veterinaria de dos perros que se encontraban en mal estado, conviviendo con los escombros y la chatarra.
Informe técnico
El Juzgado de Instrucción número 46, solicitó a la Unidad Técnica de la Fiscalía de Sala de Medio Ambiente "valorar el impacto ambiental en el suelo, aire, y entorno resultante de la actividad que se ejerce en la parcela", así como "la valoración económica de los daños ambientales descritos en el informe".
Algunas de las conclusiones del informe técnico aluden a la presencia y manipulación de sustancias peligrosas en la parcela sin ninguna precaución, produciéndose la mezcla de sustancias peligrosas entre ellas y con otras allí presentes, lo que entrañaba un riesgo potencial mucho mayor, por el efecto sinérgico.
También ha quedado probado el riesgo para la salud de los trabajadores que manipulan los residuos sin ninguna precaución, por la cantidad de sustancias peligrosas depositadas, y que se manipulan sin los conocimientos necesarios, lo que puede derivar en roturas voluntarias o involuntarias de materiales, que a su vez podrían ser inhaladas o entrar en contacto con las personas.
Por otro lado, se observan vestigios de cenizas, que podrían proceder de quemas controladas, próximas a residuos que al combustionar producen vapores peligrosos (neumáticos, butacas con espumado, etcétera). Por el tipo de materiales acumulados y su mal almacenamiento, en caso de incendio, podría darse una propagación muy rápida del mismo. La propagación de enfermedades tropicales erradicadas es posible por mala gestión de los neumáticos.
En el trabajo de campo los agentes observaron muchas manchas en el suelo, debidas al derramamiento de sustancias o falta de precaución al llenar, vaciar o proceder al mantenimiento de los contenedores de hidrocarburos, de lubricantes, además de los restos de incendios, de sustancias desconocidas, que pueden o podrían afectar y contaminar el nivel hidrogeológico de la zona.
También gran acumulación de aparatos eléctricos y electrónicos (AEE) sin clasificar ni separar del resto de residuos. La recuperación efectiva de los materiales y metales es esencial para que estén disponibles y entren de nuevo al ciclo de fabricación de AEE u otros productos, para que puedan reutilizarse los recursos.
Las sustancias peligrosas de los AEE deben no solo reutilizarse por la misma razón que el apartado anterior, sino para impedir su emisión al medio ambiente o perjudicar a la salud humana. Por tanto, se debe garantizar las condiciones de seguridad en todas las etapas de gestión de los aparatos, desde su recogida, almacenamiento, transporte y tratamiento específico, sin mezclarse con otros residuos, y evitando manipulaciones y roturas.
El informe técnico concluye que la realización de la actividad, tal como se estaba ejerciendo en la parcela "tiene como consecuencia un riesgo potencial elevado de afección a la salud de las personas y al medio ambiente".
Valoración económica de los daños
La valoración económica de la actividad de "gestión de residuos" de forma incontrolada, se centró en la afección al suelo, conforme a la legislación de responsabilidad medioambiental y se realizó mediante e estudio arduo de los criterios equivalencia entre recurso natural afectado (suelo), agentes contaminantes y cantidad de suelo dañado aplicables a la herramienta MORA.
"Con respecto al resto de recursos naturales afectados, en concreto la atmósfera, no cabía duda de la emisión de gases procedentes de la mala gestión de productos con mercurio y otros muchos, sin embargo, la cuantificación y asignación de valor dinerario del daño resultan ser complejos y no ha lugar en el método de valoración", señala el informe.