El año 1865 fue testigo de grandes transformaciones en los campos de la ciencia, la tecnología y la cultura. Muchos de los acontecimientos de aquel año sentaron las bases del mundo moderno, en un contexto en el que la Revolución Industrial alcanzaba su madurez y la sociedad comenzaba a abrirse a nuevos paradigmas científicos, tecnológicos y culturales.
En esta fecha dio sus primeros pasos la firma ELZABURU que, desde sus orígenes, ha acompañado y protegido la creatividad, la innovación y las marcas que han marcado la historia de la humanidad.
Con motivo de este 160 aniversario hemos querido repasar diez hitos del año 1865 que reflejan el espíritu de innovación de la época, y que, de una u otra forma, tienen mucho que ver con la conformación de lo que hoy entendemos como propiedad industrial e intelectual.
1. Gregor Mendel y las leyes de la herencia
En 1865, el monje agustino Gregor Mendel presentó los resultados de sus experimentos con guisantes, estableciendo las bases de la genética moderna. Aunque sus descubrimientos pasarían inadvertidos hasta principios del siglo XX, constituyen un ejemplo de cómo el conocimiento científico necesita tiempo para ser valorado y protegido. La genética abriría más adelante un campo entero de invenciones patentables en biotecnología.
2. Joseph Lister y la antisepsia
Ese mismo año, Joseph Lister inició sus estudios sobre la antisepsia, utilizando ácido carbólico (fenol) para esterilizar instrumentos quirúrgicos. Su trabajo revolucionó la cirugía y redujo drásticamente las infecciones. Se trata de un ejemplo temprano de cómo la innovación en el ámbito médico se traduce en mejoras sociales y, más tarde, en un terreno fértil para la protección de patentes en el sector farmacéutico y sanitario.
3. James Clerk Maxwell y las ecuaciones que cambiaron la física
En 1865, James Clerk Maxwell presentó las ecuaciones que unificaron electricidad, magnetismo y luz. Este logro intelectual no solo transformó la física, sino que sentó las bases de tecnologías como la radio, la televisión y las telecomunicaciones modernas. Muchos de estos desarrollos se convirtieron en objeto de protección bajo la propiedad industrial, demostrando la importancia de la ciencia fundamental en la creación de innovación aplicable.
4. Alfred Nobel y la nitroglicerina
Ese mismo año, Alfred Nobel fundó en Suecia su primera fábrica de nitroglicerina, en un periodo en que todavía perfeccionaba la fórmula que le llevaría a inventar la dinamita en 1867. La historia de Nobel es también la historia de un empresario que supo transformar un hallazgo científico en un producto protegido, explotado y reconocido mundialmente.
5. El ascensor y el camino hacia los rascacielos
Tras la invención del freno de seguridad por Elisha Otis en 1852, en 1865 comenzó la instalación de ascensores en más edificios de oficinas en Estados Unidos. Esta innovación fue esencial para el desarrollo posterior de los rascacielos. El ascensor no solo transformó la arquitectura urbana, sino que también se convirtió en un ejemplo clásico de invención patentada con aplicaciones universales.
6. La expansión del ferrocarril
En 1865, la red ferroviaria continuaba expandiéndose en Europa y América. En España se consolidaban las líneas que unían Madrid con Barcelona, Valencia, Sevilla y Lisboa. El ferrocarril, como tecnología disruptiva, se apoyó en miles de patentes relacionadas con locomotoras, vías, señalización y materiales, mostrando la magnitud de la propiedad industrial como motor de progreso.
7. Nace Nestlé
También en el año 1865, el farmacéutico suizo Henri Nestlé desarrolló una fórmula para la alimentación infantil, dando origen a la empresa Nestlé. Hoy la compañía es un referente global con cientos de registros de marca en todo el mundo, ejemplo paradigmático de cómo una identidad corporativa puede mantenerse sólida durante más de siglo y medio gracias a la protección de la propiedad industrial.
8. Alicia en el País de las Maravillas
El 26 de noviembre de 1865 se publicó en Londres “Alicia en el País de las Maravillas”, de Lewis Carroll. La obra se convirtió en un clásico de la literatura infantil y un fenómeno cultural. Su éxito demuestra el valor de la propiedad intelectual en el ámbito literario, y cómo los derechos de autor permiten a los creadores difundir y proteger sus obras.
9. El primer cable telegráfico transatlántico exitoso
Ese año se instaló con éxito el primer cable telegráfico transatlántico, entre Irlanda y Terranova. La posibilidad de transmitir mensajes en minutos entre Europa y América revolucionó las comunicaciones. Esta hazaña técnica dio lugar a patentes asociadas a la telegrafía y abrió paso a la era de las telecomunicaciones globales.
10. El proceso Bessemer y el acero moderno
El proceso Bessemer, desarrollado en 1856, se consolidaba en 1865 como el método más eficiente para producir acero en masa, más barato y resistente. El acero se convirtió en la base de grandes infraestructuras, máquinas y transportes, y su proceso de producción fue protegido mediante patentes que marcaron la historia industrial.
Así pues, desde la genética hasta la literatura, pasando por el acero, el ferrocarril y las telecomunicaciones, el año 1865 fue un periodo de innovación que sentó las bases del mundo que hoy conocemos. Ese mismo año nació Elzaburu, compartiendo origen con estos grandes hitos y siendo testigo y partícipe del registro de algunas de estas innovaciones.
Hoy, más de 160 años después, seguimos acompañando a inventores y empresas en la protección de sus creaciones, convencidos de que cada idea innovadora tiene el poder de transformar el mundo, como lo hicieron los protagonistas de aquel 1865.
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