Entrevistamos a la presidenta de la Agrupación de Abogacía Joven de Salamanca y la Vicepresidenta de CEAJ
Con ocasión de la celebración el próximo día 31 de Octubre del DÍA DEL ABOGADO JOVEN, entrevistamos a Inés Blanco Hernández, persiguiendo reconocer en esta etapa del ejercicio profesional el trabajo, dedicación y esfuerzo silencioso en la defensa de los derechos e intereses de la ciudadanía, así como en la mejora de la profesión y de la Administración de Justicia.
¿Cómo ves el ejercicio de la profesión actualmente, resulta fácil para un abogado joven?
Actualmente el escenario que se plantea para el inicio de la profesión desde luego no es sencillo, contamos cada vez con más competencia y más especialización por materias. Es esencial a la hora de los inicios hacer un planteamiento previo del tipo de abogacía que se quiere ejercer y del lugar, ya que en la mayoría de supuestos la plaza va a condicionar en gran medida el tipo de ejercicio.
El hecho de que el escenario sea difícil a la hora de empezar a desarrollar la profesión de abogado/a no quiere decir que no sea un camino que no merezca la pena recorrer, al contrario, esta es una profesión que engancha y que te llena tanto profesionalmente como personalmente.
“Nadie dijo que fuera fácil, pero merece la pena”. Resumiría los primeros pasos de un/a abogado/a joven en esta frase.
¿Cuáles son los principales retos que el ejercicio de la Abogacía presenta actualmente y ha de afrontar en el futuro?
Nos encontramos claramente en la era de las nuevas tecnologías, por lo tanto los principales retos a los que se deben enfrentar los abogados/as jóvenes es a la completa adaptación a las mismas en todos los ámbitos: gestión de despacho, publicidad, relación con la Administración de Justicia, relación con las Instituciones, relación con clientes, compañeros/as…
Actualmente los/as abogados/as jóvenes somos de la generación “millenial” si, pero de finales de los 80 y los 90, por lo que esta adaptación no es una tarea tan sencilla como si hubiéramos convivido con estas nuevas tecnologías desde la infancia, lo que supone una formación correcta para el manejo adecuado de todas estas herramientas.
Toda esta adaptación debe pasar por el escrupuloso cumplimiento de las normas deontológicas, que hacen que se respete la dignidad de la profesión en todas sus facetas.
¿Con qué soporte tecnológico ha de contar hoy día el despacho de abogados?
Un despacho de abogados debe contar con una escaparate al exterior que ensalce la marca personal y/o profesional del mismo, los rasgos distintivos que hagan atractiva a la firma en cuestión a través de una página web de calidad o de la utilización de las redes sociales profesionalizadas.
¿Qué herramientas necesita el abogado joven hoy día para lograr ser más productivo?
Considero que se debe tener un buen gestor de despacho, que nos ayude no sólo a “organizar expedientes” si no a optimizar las horas de despacho, que haga más sencillo y ágil el trabajo, así como una buena base de datos y una red de contactos con compañeros/as, peritos, procuradores/as, etc. En este último punto, las agrupaciones de jóvenes abogados cumplen un papel esencial, así como la Confederación Española de la Abogacía Joven que aglutina a todas ellas.
¿Qué formación requiere el abogado joven para crecer profesionalmente, solo jurídica o también en otras áreas?
La formación jurídica es la base teórica para poder llevar a la práctica el asesoramiento y la actuación en los Tribunales de los problemas que nos plantean los clientes, pero bajo mi punto de vista un abogado/a completo/a no sólo debe quedarse en esta formación, sino que debe formarse en materias como oratoria, creación de marca personal, coaching, marketing jurídico, entre otras, para poder tener una visión completa del ejercicio de la abogacía y ofrecerle al cliente lo mejor de él/ella.
¿Qué papel juega hoy día el uso profesional de página web, blog, redes sociales para un abogado joven?
Como ya he indicado en preguntas anteriores, juega un papel fundamental, cada vez están más a la orden del día las herramientas mencionadas que son utilizadas por todo tipo de despachos y de abogados/as, por lo tanto, cobra más sentido que nunca la frase “renovarse o morir”, aunque en este caso, lo más correcto sería “adaptarse o morir”. La visibilidad es importante, aunque por supuesto, no sólo eso.
¿Crees que la implantación de soluciones basadas en Inteligencia Artificial o los chatbots terminarán sustituyendo a los abogados, y por qué?
Me gusta demasiado mi profesión como para contestar con un sí, pero no sólo por eso, sino que además contesto con un no rotundo por varios motivos.
Por mucho que avancemos en las nuevas tecnologías existen ciertas profesiones y problemas que no los puede solucionar un ordenador con un sistema binario.
El Derecho es el reflejo en la vida de que hay una gama amplísima de grises sobre una misma realidad; es interpretable, cuestionable, cambiante…en resumen una materia imposible de dejar en manos de Inteligencia Artificial y el ejercicio de la Abogacía es la plasmación más práctica del Derecho.
¿Hacia qué nuevas áreas, cometidos y funciones debe orientarse y desarrollarse profesionalmente el abogado?
Como ya he indicado anteriormente, los abogados/as jóvenes deben centrarse en la diferenciación, buscar dentro de sí mismos la clave que les hace algo diferentes y explotarla, pero lo primordial es hacerse un planteamiento previo del tipo del ejercicio que les gusta y a partir de ahí hacer esa labor de autoanálisis.
Las materias jurídicas son cambiantes y hay que estar constantemente en formación, esto siempre será inevitable, por lo que las nuevas áreas y cometidos a los que debe orientarse la Abogacía deben centrarse en cómo gestionar el trabajo para ser más productivo y conciliar con la vida personal, para tener una satisfacción plena en el día adía e intentar huir del estrés y las frustraciones. Luchar por lo que el colectivo en su conjunto necesita, y no pensar en la necesidad individual y momentánea, ya que con grandes grupos se consiguen grandes cosas. Pensar en la profesión y en el honor que supone su desarrollo, para continuar con fuerza y ganas cada día a pesar de las dificultades.
En resumen, debemos volver a unos principios básicos para que sentada esa base tan importante, el desarrollo del trabajo sea más gratificante.