El evento, en el que han participado la vicepresidenta del Tribunal Constitucional Encarnación Roca, la presidenta emérita María Emilia Casas, la vicepresidenta emérita Adela Asua y la magistrada emérita Elisa Pérez, ha contado con la presencia del presidente Juan José González Rivas y casi todos los magistrados actuales del Tribunal. Asimismo han asistido al acto letrados, funcionarios y demás personal al servicio de la institución.
La vicepresidenta Encarnación Roca ha señalado el “importante déficit en igualdad” en el seno del Tribunal, aunque ha matizado que no depende de la institución sino de aquellos otros órganos constitucionales encargados de nombrar a los magistrados. Así, ha recordado en su intervención que el Gobierno y el Consejo General del Poder Judicial en su designación “nunca han sido capaces de proponer a una mujer”. Además, las seis mujeres que hasta ahora han sido magistradas del Tribunal, ha explicado Roca, proceden del mundo académico: nunca ha habido una juez.
Además de realizar una semblanza y homenaje a las magistradas eméritas, de quienes ha destacado su “altísima calidad” y “los altos puestos de responsabilidad y representación” que desarrollaron en el Tribunal, ha reivindicado el importante papel que juega el órgano como “guardián de la igualdad”, cuyas sentencias han venido reconociendo los derechos de las mujeres a ocupar cargos públicos, la discriminación indirecta y han defendido el principio de igualdad como uno de los valores centrales del ordenamiento constitucional.
Por su parte, María Emilia Casas, quien fue presidenta del Tribunal Constitucional entre 2004 y 2010, ha manifestado que constituye un privilegio haber ejercido la jurisdicción constitucional durante 12 años. Casas también ha reivindicado la escasa presencia de mujeres en la composición del Tribunal y ha aludido a la cuota a la inversa; esto es, que se ha asumido por los poderes electorales de los miembros del Tribunal que con la designación de dos magistradas sobre 12 se cumpliría con la proporcionalidad igualatoria.
Finalmente, ha apelado a una composición más equilibrada en todas las instituciones públicas y privadas, porque así lo establecen los artículos 9.2 y 14 de la Constitución, lo que contribuirá a un avance en materia de igualdad. Asimismo, ha realizado un llamamiento a los órganos constitucionales para que propongan a mujeres de reconocido prestigio al renovar el Tribunal en el plazo legal establecido.
La vicepresidenta emérita Adela Asua, que formó parte del Tribunal entre 2010 y 2017, también se ha referido al escaso número de mujeres que han sido nombradas en el Tribunal a lo largo de estos 40 años, pues ha contribuido a que la imagen del TC se pueda erosionar.
Asua ha reclamado un sentido profundo de la representación democrática reflejada en la Constitución para contribuir a una mayor igualdad en la composición del Tribunal para que sea fruto de la calidad democrática.
Por último, la magistrada emérita Elisa Pérez, que estuvo en el órgano de garantíasentre 2001 y 2012, citando a Clara Campoamor, ha coincidido con sus compañeras en reclamar más presencia de mujeres: “Hace tiempo que ha dejado de ser un tema de cuotas; de lo que se trata ahora es de alcanzar la igualdad. Una reivindicación que hacemos nada menos que de la mano de la Constitución, lo que sin duda constituye un buen aval que legitima las pretensiones de las mujeres españolas”.