Entrevistamos a Luis Pintos Güimil. Presidente de Avogados Novos de Pontevedra
El día 31 de Octubre se celebra el Día del Abogado Joven, en reconocimiento a su trabajo, dedicación y esfuerzo silencioso en la defensa de los derechos e intereses de la ciudadanía, así como en la mejora de la profesión y de la Administración de Justicia.
¿Cómo están afrontando el colectivo de Abogados Jóvenes la pandemia desde un punto de vista de profesional?
De siempre la profesión exige un continuo cambio, más en esta situación tan extraordinaria que nos ha tocado vivir.
Las suspensiones de vistas y actuaciones por enfermos o sospechosos de Covid-19, los problemas jurídicos, las reformas legislativas apresuradas, es una constante del día de un abogado en estos días pandémicos.
El abogado joven, se adapta, no tiene experiencia y va alcanzando sus metas y sus casos con trabajo, intención y ganas.
Evidentemente esta desgracia es de todos, y todos deberemos sacar lo bueno que nos deje esta situación.
¿La Covid-19 y lo que ello conlleva e implica jurídicamente supone una oportunidad para la Abogacía Joven atendiendo a todo lo que puede ofrecer el abogado y abogada joven al mercado?
Puede ser, ciertamente tenemos ilusión por el trabajo, tampoco nos queda otra.
Los problemas jurídicos y los que se dan derivados de esta situación, nos iguala a los abogados más experimentados.
También tiene incidencia en la búsqueda de clientes, o lo más importante, la búsqueda por el público de profesionales especialistas y solventes.
Este año prácticamente ha pasado, el año que viene se avecinan situaciones de crisis familiares, económica y quiebra de autónomos y empresarios.
La crisis por la expansión del COVID-19 plantea retos tecnológicos afectando a la forma de trabajar de los despachos de abogados y también a la forma de relacionarse con sus clientes. ¿Qué recomendaría al abogado y abogada joven a la hora de afrontar tecnológicamente esta nueva coyuntura?
Las recomendaciones son siempre muy subjetivas, pero les diría que se preparen tecnológicamente, adquieran un ordenador con buena pantalla, buena capacidad y tarjeta gráfica y cámara, y otros aparatos electrónicos (Tablet para visionado de documentos), porque si algo nos ha enseñado el teletrabajo en el COVID o Confinamiento, es que esto se había estado retrasando, pero ha venido para quedarse.
Pensando en el futuro escenario post COVID-19 ¿cambiará el modo de relación abogado-cliente en el contexto de una nueva normalidad, o por el contrario volveremos a una situación similar a la previa de la crisis?
En mi opinión debería cambiar, la atención debe ser atenta y personalizada, pero eso no implica obligatoriedad de atención presencial constante en el despacho.
Los clientes tienen que entender que el abogado es esencialmente autónomo, trabaja cuándo y cómo quiere. Con el respeto del cliente y de las instituciones, puede mejorar el ejercicio de la profesión.
Teniendo en cuenta que esta crisis sanitaria ha transformado los modelos de trabajo dando un protagonismo sin precedentes al teletrabajo ¿Cuál es su opinión desde el punto de vista de la conciliación de futuros abogados?
Ya he dicho que se debería haber implementado el teletrabajo, el Estatuto de los Trabajadores que ya he estudiado en la facultad lo recogía, luego en el 2015, se recogió explícitamente.
En concreto, yo mismo siempre lo he ejercido, puede ser que un martes no trabaje, y en cambio un sábado o domingo sí, y todo ello desde mi casa. Somos libres, es lo que me gusta de nuestra profesión.
Eso sí, debe haber una regulación concisa y expresa del teletrabajo en todos los ámbitos laborales, o dar a conocer el reciente Real Decreto-ley 28/2020, de 22 de septiembre, de trabajo a distancia y más con nosotros. Que recojan indubitadamente entre otras la desconexión digital, el control del trabajo efectivo, las vacaciones de plazos, los gastos de los medios laborales en casa, las jornadas etc. En caso de estar asalariados o en grandes despachos.
Gracias a la aplicación de tecnología los futuros abogados disponen de nuevas herramientas y soluciones (plataformas o software) para optimizar la gestión de los despachos. ¿Qué soluciones/ herramientas entienden como imprescindibles a la hora de adaptarse a la evolución de los nuevos modelos de trabajo donde el teletrabajo obtiene mayor protagonismo?
En esto me considero antiguo, hay mucho software de gestión de despachos, yo tengo mi cabeza, agenda, las nubes Google Drive, Dropbox, pCloud y OneDrive y mis bases de datos jurídicas. ¡¡Nada más!!
Aunque he de decir que es cambiante, y además todo dependerá del movimiento o volumen de clientes que gestione el despacho, pero no considero en principio ninguna herramienta.
¿Qué disciplina formativa recomiendan para los futuros profesionales de la abogacía? ¿Por qué?
En estos momentos, Derecho de Familia y gestión de la quiebra y Concurso de acreedores (tanto de empresas como de persona física).
Desde hace unos años recomiendo absolutamente el Derecho digital y de las nuevas tecnologías. Sin duda ya lo es, pero solo queda que haya más conocimiento sobre las nuevas tecnologías, piénsese que la mayor parte de los delitos de índole sexual y contra el patrimonio- estafas, son cometidas por los medios de internet o teléfono.
Para ello es vital es especialización, encauzar la prueba y su proposición, los conocimientos en nuevas tecnologías de compañeros, pero también de Fiscales y Jueces.
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