Arrancamos un nuevo capítulo de esta serie de post pensada para dar a los despachos de abogados una visión lo más amplia y realista posible del qué, el cómo y el por qué es necesario el uso de las redes sociales (RRSS).
Tras señalar en anteriores posts la necesidad de estar en la Red, y como, queramos o no, es una exigencia necesaria, te invitaba a que te hicieras 7 preguntas antes de lanzarte a tu aventura digital.
Contestar a la primera de esas preguntas, la de 'cuál es tu público', corre de tu cuenta, pero una vez que lo hayas hecho, es decir, una vez tienes claro el público objetivo de tu bufete virtual, estarás preparado para dar el segundo paso: decidir si vas a inclinarte por una web o por un blog. Y eso sí merece capítulo aparte.
Como ya te comentaba en ese último post, ambas opciones son igualmente válidas para tu negocio. Así que, empecemos por hacer un estudio de la opción Web.
- La web. La creación de una web requiere de un experto. Las webs son grupos de documentos colgados en la red mediante un archivo HTML que pueden contener textos, imágenes, videos…; pero que requieren de programación para su creación. Tú decides lo que quieres, y un experto la diseña y desarrolla para ti.
También puedes recurrir a empresas que ofrecen formatos estándar que puedes adaptar a las necesidades de tu despacho. Pero la práctica habitual entre los despachos de abogados es la de crear webs con un diseño formal y personalizado, en la que volcar la imagen de la empresa.
Normalmente una web es una herramienta que contiene información más o menos estática, que se modifica en contadas ocasiones. Para modificar ese contenido, la práctica más frecuente es que los desarrolladores creen perfiles de administrador que permiten que la gestión de contenidos la hagamos nosotros mismos desde nuestro bufete tras recibir unas cuantas instrucciones básicas, lo que evitará tener que recurrir a ellos continuamente para realizar cualquier mínima variación.
Los desarrolladores web suelen ofrecer un servicio de mantenimiento posterior, que puede o no incluir futuras modificaciones del diseño de nuestra web, y por supuesto, que garantizan el correcto funcionamiento de la herramienta.
El contenido de una web de empresa suele dividirse en varias páginas o pestañas. Las mínimas requeridas serían:
- una página sobre quiénes somos, con información del bufete,
- una página sobre los servicios que ofrecemos desde nuestro despacho de abogados,
- una página de contacto que facilite a nuestros posibles clientes las diversas vías de contacto que pueden utilizar: correo electrónico, formulario,redes sociales, teléfono... Cualquiera que sea el medio elegido hemos de comprometernos a dar respuesta en un plazo de tiempo mínimo. Además, en esta página es muy aconsejable incluir una dirección física, la de la ubicación de nuestro despacho, ya que esto aporta mayor fiabilidad al negocio digital; y en caso de aportar número telefónico, no hay que olvidar definir un horario concreto de recepción de llamadas.
Accesoriamente podemos añadir otras pestañas con aquel contenido que consideremos que puede ayudarnos a dar una buena imagen profesional, como experiencias, historia del despacho, biografía de cada uno de los componentes del bufete, sus publicaciones, etc.
Por supuesto, en el diseño de nuestra web hay que reservar un espacio visible a los botones que nos llevarán a conectar con aquellas RRSS en las que hayamos creado un perfil profesional.
El contenido del que queramos dotar a nuestra web ha de ser variado y estar ordenado. Estas plataformas suelen darnos la oportunidad de hacerlo por categorías, fechas, orden alfabético, etc. Esto no solo mejora la percepción de calidad de nuestro despacho, sino que a nosotros mismos puede resultarnos de gran utilidad de cara al marketing del bufete, si nos inclinamos por añadir un apartado de noticias, o el apartado de buenas experiencias profesionales anteriormente mencionado.
Precisamente, son estos dos últimos apartados los que, de entre todo el contenido que publicaremos, tendrán la relevancia suficiente para ser viralizados en RRSS.
Cuidar los contenidos, y que estos sean de interés, ayudará a posicionar nuestro negocio por delante de la competencia.
2.- Los blogs son algo más complicados de posicionar que una web, pero mucho más fáciles de administrar; aunque al tiempo exigen un trabajo adicional de creación de contenidos.
Nacieron como simples cuadernos de bitácora, pensados para compartir conocimientos, vivencias, experiencias. Pero, la evolución de las RRSS les ha llevado a ser mucho más.
Podemos considerar que existen tres categorías de blogs: los personales, los profesionales y los corporativos.
Los blogs personales se asemejan bastante a los diarios. Se utilizan para dar opiniones personales o contar vivencias. Son realmente reflejo de nuestra vida no profesional.
Los blogs profesionales se utilizan principalmente para comunicar con nuestros clientes. Su objetivo es generar confianza, crear una relación de valor con aquellos que nos leen, contarles nuestras experiencias profesionales y mostrarles lo que sabemos, esa información que consideramos relevante para ellos y, por supuesto, son una vía para posicionar nuestro bufete.
Los blogs corporativos se diferencian poco de los profesionales. Nos ayudan a darnos a conocer profesionalmente mostrando nuestras aptitudes y nuestra credibilidad. La diferencia principal, desde mi punto de vista profesional, es que los primeros, los profesionales, pueden ser más útiles para fomentar la marca personal de un solo profesional, mientras que los corporativos hablan más de una empresa, de un grupo de profesionales del derecho.
Estos dos últimos tipos son los que realmente encajarían con nuestra política de RRSS para despachos de abogados. En cualquier caso, los tres tipos de blogs tienen la misma base, el mismo funcionamiento y darán los mismos resultados si sabemos cómo aprovecharlos adecuadamente.
Un blog es una herramienta mucho más dinámica que una web, que se puede administrar sin ayuda de expertos. Disponemos de herramientas que nos ofrecen plantillas de fácil instalación con las que nosotros mismos podemos diseñar y hacer nacer nuestro blog.
Podemos conseguirlo incluso gratuitamente, ya que algunos proveedores, como por ejemplo WordPress, Blogger o Joomla entre otros, nos ofrecen espacios gratuitos de almacenado, lo que nos puede evitar muchos quebraderos de cabeza. Pero, para ello debemos tener tiempo, un blog exige dedicación 100%.
El tiempo es importante ya que hemos de tener presente que no se trata solamente de disponer del suficiente para crear el espacio, si es que nos decidimos a hacerlo desde nuestro propio bufete, si no que al tratarse de una herramienta dinámica, requiere de actualizaciones constantes, debido a que nuestros lectores esperan con cierta asiduidad nuestras publicaciones; y si lo publicado es de interés, serán nuestros propios seguidores quienes nos ayuden a compartirlo en RRSS, a posicionarnos.
Un profesional puede ayudarnos con la creación del blog, de hecho hay agencias que se ocupan de crear, mantener e incluso alimentar los blogs para empresas, lo que suavizaría la inversión y repercusión en tiempo sobre tu bufete.
La organización de las publicaciones o posts en un blog es paralela a la de una web haciéndolo por categorías, etiquetas, popularidad, etc.
En mi opinión, una de las ventajas que nos da un blog, es que nos dota de una herramienta de comunicación más fresca, más humana, y eso nos ayuda a construir y fortalecer nuestra cartera de clientes.
Además, habitualmente los blogs dan opción a los lectores a opinar e interactuar con las publicaciones, que es lo que actualmente buscan los internautas.
Hagamos pues un resumen más visual de lo que nos ofrecen ambas opciones:
Pero como ya os comentaba en mi último post, para mí existe una opción mejor: las 'chocotajas'. Esta es la opción de crear una web que contenga en una de las pestañas un blog, o bien un blog con pestañas más estáticas que se utilicen como si fueran una web, pestañas que contengan información sobre el despacho de abogados: quiénes somos, qué hacemos, dónde se nos puede encontrar, etc. Y nos posibilita quedarnos con lo mejor de ambos mundos.
En la actualidad, como ya os he mencionado más de una vez, los internautas, nuestros clientes o futuros clientes, buscan en la red cualquier información o servicio que necesitan; pero, sobre todo buscan una comunicación bidireccional, interactuar. Así que, cuando creemos nuestro espacio en Internet, ya nos decidamos por una web o por un blog, hemos de tener presente que nuestro objetivo primordial es que cuando alguien busque en Internet nos encuentre, y que nos elija a nosotros de entre todos los demás bufetes.
Para ello, como despacho de abogados que somos, hemos de recordar que independientemente de cual sea el modelo que escojamos para mostrarnos en la red, nuestra imagen, nuestra marca personal, ha de ser lo más exclusiva y diferente posible. Ha de dotarnos de un valor añadido que nos haga sobresalir y destacar. Y esto hay que tenerlo en cuenta desde un principio, hay que luchar por conseguirlo.
Nadie mejor que vosotros conocéis vuestro negociado, vuestros bufetes, y por supuesto la imagen de estos. Esta imagen ha de prevalecer en RRSS, ha de mostrarse en nuestra web o blog y en cada movimiento que hagamos.
La marca personal de un despacho de abogados ha de ser coherente con su imagen en el mundo real, no pretendáis ser en el mundo virtual algo que no sois en el mundo real.
Como siempre os recomiendo, coged papel y lápiz, y haced un croquis de lo que queréis antes de poneros a buscarlo y/o a diseñarlo. Tanto si contratáis a un profesional como si lo hacéis por vuestra cuenta necesitáis tener un plan bien trazado. Eso requerirá de muchos retoques e intentos, hasta dar con la imagen deseada. No os desesperéis, es un proceso lento, pero finalmente da sus frutos, sobre todo si la estrategia está bien trazada desde un principio.
Para cerrar este capítulo, permitidme insistir en que siempre que hablemos en RRSS, lo primero que hay de decidir es si lo vas a hacer solo o con ayuda de profesionales. Pon en la balanza el tiempo del que dispones para llevar a cabo esta tarea y el presupuesto que quieres invertir. Recuerda que no se trata solo del tiempo de diseño y arranque de una plataforma, sino también el que vas a tener que emplear a posteriori para alimentarla y administrarla.
Siempre es complicado sumergirse en un nuevo entorno, sobre todo si te va a suponer un incremento en tus obligaciones diarias. Y si vas a hacerlo has de hacerlo bien, de nada te sirve abrir un blog si no vas a publicar con asiduidad, y por supuesto ni hablemos de RRSS si no tienes el tiempo y las fuerzas para trabajar en ello.
Pero siempre hay soluciones. Contar con un profesional nos puede facilitar esta nueva labor, tanto para el caso de requerir necesariamente de la ayuda de un experto en programación para la creación de una web, como si te inclinas por un blog, porque en ambos casos un experto puede ayudarte a lograr el éxito.
Valora pues lo que necesitas y lo que tienes, y decide entonces cuál va a ser tu punto de partida y tu presupuesto. Y si tu problema es solo el económico, pero tienes interés suficiente, sin duda podrás encontrar sitios web que te facilitarán la creación de webs estándar para que tú mismo puedas generar tu web, algunos hasta gratuitamente, pero esa decisión has de tomarla tú mismo.
Nos vemos en el próximo post.
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