INGRESO EN LA REAL ACADEMIA DE JURISPRUDENCIA Y LEGISLACIÓN

Enterría en la Academia

Tribuna
Derecho-Ley

Fernando Sáinz Moreno, Catedrático Honorífico de la Universidad Complutense de Madrid, acaba de ingresar en la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación con un bello discurso dedicado a recordar la vida y la obra de su maestro, Eduardo García de Enterría. Podría pensarse que el nuevo académico ha recurrido a un expediente cómodo y poco comprometedor para cumplir el ritual de ingreso. Sería un error, comprensible en quienes no conozcan su inteligencia y su delicadeza.

El pensamiento de Enterría es una pieza clave para comprender el Derecho tal como lo interpretamos y aplicamos hoy en España. Entre el riquísimo acervo de ideas que lo nutren destaca la de las inmunidades del poder. El poder tiende naturalmente hacia la inmunidad, pero el Derecho lo modera constantemente; es su función. El Derecho Público de la democracia es, por tanto, la lucha contra las inmunidades del poder. Atiéndase bien: no la celebración de la victoria sobre la inmunidad, sino la lucha contra ella. Es decir, la constante y compleja búsqueda, nunca acabada, de las técnicas jurídicas más apropiadas para evitar los perjuicios que traen la insensatez, la arbitrariedad y la corrupción.

Fernando Sáinz Moreno recordaba cómo, para Enterría, esta tarea encuentra su perfección última en los mecanismos jurisdiccionales de protección de los derechos. Éste es un punto que puede parecer paradójico. Mientras la legislación y la administración son poderosas (tienen el presupuesto, la fuerza y la norma), a los tribunales les corresponde sólo la inteligencia persuasiva. En efecto, su verdadera misión es encontrar la solución técnicamente más correcta, y convencer (a las partes, en primer lugar, tarea a menudo difícil) y a la comunidad (sobre todo) de que es la más adecuada. Por eso, toda sentencia que frente al delito cometido, el contrato incumplido o el poder ejercido con arbitrariedad, no consigue estos objetivos termina siendo una oportunidad perdida en la lucha por el restablecimiento de la paz social.

Frente a la obsolescencia de todo artificio humano, la visión del Derecho de Enterría, a la que Sáinz Moreno contribuyó con sus aportaciones sobre teoría de los conceptos jurídicos, ofrece una solución elegante y convincente. El Derecho no es una serie de actos de voluntad del poder, es un sistema, en cuya base hay principios que proporcionan sentido a las normas y reglas que el legislador aprueba y modifica, y que enmarcan toda la actividad de la administración y de la jurisdicción. Su manifestación más elocuente es el carácter normativo de la Constitución, que es el contexto necesario en el que debe inscribirse toda actividad de relevancia social, pública o privada.

Sólo con esto ya se puede comprender que el nuevo académico no ha hecho un ejercicio de historia de las ideas jurídicas. En un tiempo en que el poder se abona a la conveniencia de ser inmune para ser eficiente, en que la autoridad de los tribunales se cuestiona y en el que el Derecho se menosprecia como técnica funcional de regulación del conflicto social, el discurso de Fernando Sáinz Moreno va más allá del emocionado recuerdo. Por el contrario, sutilmente y con la autoridad de su sabiduría jurídica, haciendo como si se limitara a dar voz al maestro desaparecido, nos ayuda a recolocarnos en la perspectiva correcta, en el eje de la técnica jurídica. Y nos propone un programa; que es para nosotros, y que tenemos la obligación de explicar y transmitir a los que nos sucedan.


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