La labor del diplomático en la delegación española en Venezuela, desde marzo de 2017 hasta noviembre de 2020, le ha valido este galardón, por su trayectoria como embajador y por haber defendido los valores que profesa la WJA, particularmente su defensa del Estado de Derecho y la dignidad humana frente a los abusos del poder.
El periodo en el que Silva estuvo en Caracas fue muy convulso y delicado. Desde su llegada, la embajada fue sede de las negociaciones secretas entre el chavismo y la oposición venezolana. También fue centro de valiente defensa de los derechos humanos, especialmente de los presos políticos con nacionalidad española. Tras las elecciones presidenciales de mayo de 2018, consideradas fraudulentas, el chavismo mantuvo el control del territorio y el gobierno en Venezuela, pero sin el reconocimiento de la Unión Europea y otros países del mundo. Por su parte, la oposición, representada por Juan Guaidó, reconocido como presidente encargado por Estados Unidos, la Unión Europea y numerosos países libres, mantuvo la autoridad moral. En medio de este escenario, el gobierno español permitió acoger en la residencia del Embajador de España en Caracas, en calidad de huésped, al preso de conciencia y activista venezolano, Leopoldo López, uno de los principales opositores al régimen de Nicolas Maduro.
La labor del Embajador Silva, manteniendo el equilibrio para preservar las relaciones diplomáticas entre ambas naciones y al mismo tiempo defender los valores de la libertad, la democracia y el Estado de Derecho, fue una muy delicada tarea. Todo un ejemplo y referencia de la utilidad y la vigencia de la diplomacia contemporánea. Por ello, en palabras de Javier Cremades, presidente de la World Jurist Association: “Reconocemos en él su valiente defensa de los valores de la libertad, así como los derechos humanos y la democracia en circunstancias extremas, durante su responsabilidad como embajador de España en Venezuela. Silva conecta con la mejor tradición de diplomáticos españoles que fueron capaces de asumir riesgos para proteger la vida y la dignidad de las personas. En distintas circunstancias, personas como él, o como Ángel Sainz Briz, nos muestran que cuando una profesión se ejerce con propósito, el mundo se convierte en un lugar más habitable, incluso en circunstancias tan dramáticas como las que vive hoy el pueblo venezolano, privado de sus derechos democráticos y de los valores del estado de derecho”.
Por su parte, Leopoldo López ha asegurado haber sido testigo “de cómo el embajador asumió una línea de defensa permanente de los presos políticos, de sus derechos humanos y del acompañamiento de sus familiares”.
La entrega del reconocimiento se ha producido en el marco del Oslo Freedom Forum, organizado por la Human Rights Foundation, serie de conferencias que reúne a distinguidas personalidades de todo el mundo, activistas y víctimas de regímenes autoritarios, comprometidos todos con los derechos humanos, que se están dando cita desde el 23 al 25 de mayo en Oslo.
