Entrevistamos a Laura de Jesús Sen, secretaria de CEAJ
El día 31 de Octubre se celebra el Día del Abogado Joven, en reconocimiento a su trabajo, dedicación y esfuerzo silencioso en la defensa de los derechos e intereses de la ciudadanía, así como en la mejora de la profesión y de la Administración de Justicia.
¿Cómo están afrontando el colectivo de Abogados Jóvenes la pandemia desde un punto de vista de profesional?
Resulta incuestionable como la abogacía en general, y no solo la más joven, se ha visto gravemente afectada por las consecuencias que entraña la crisis del coronavirus, y no solo porque nos hayamos visto desbordados por la ingente cantidad de reformas legislativas llevadas a cabo, sino que, además, se nos ha impedido algo tan básico y necesario como la conciliación familiar y laboral –con señalamientos, tanto presenciales como telemáticos, en horario tanto de mañana como de tarde, y con la habilitación del mes de agosto-.
Sin embargo, lo que ha demostrado la abogacía, una vez más, es la gran solidaridad que siempre ha caracterizado a nuestro colectivo.
Desde el punto de vista de la Abogacía Joven me gustaría destacar la excelente labor desarrollada por todas las Agrupaciones de Abogados Jóvenes de España, que se han visto obligadas a reinventarse, y no han cesado en ofrecer jormadas formativas a sus agrupados y agrupadas sobre temas de actualidad a través de medios telemáticos.
¿La Covid-19 y lo que ello conlleva e implica jurídicamente supone una oportunidad para la Abogacía Joven atendiendo a todo lo que puede ofrecer el abogado y abogada joven al mercado?
Creo que la crisis sanitaria a quién más ha afectado ha sido, precisamente, a la abogacía joven. Sobre todo, a todos aquellos compañeros y compañeras que se han iniciado recientemente en la profesión.
Resulta evidente como la situación por la que atravesamos ha marcado un antes y un después en el ejercicio profesional, y ha obligado a que apostemos por la digitalización y modernización de nuestros despachos. Si bien es cierto que, probablemente, a los más jóvenes les pueda costar –en comparación con los compañeros y compañeras más veteranos-, menos esfuerzo el tener que incorporar, en su ejercicio diario, las herramientas tecnológicas que nos estamos viendo obligados a implantar en nuestro ejercicio.
La crisis por la expansión del COVID-19 plantea retos tecnológicos afectando a la forma de trabajar de los despachos de abogados y también a la forma de relacionarse con sus clientes. ¿Qué recomendaría al abogado y abogada joven a la hora de afrontar tecnológicamente esta nueva coyuntura?
La inclusión de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) en todos los ámbitos de nuestra vida implica, y más en los tiempos que desgraciadamente atravesamos, que los profesionales debemos prepararnos para coexistir con la tecnología de manera armoniosa y no ir un paso por detrás de ella.
Pese a que muchos compañeros y compañeras puedan pensar lo contrario, no es necesario realizar un gran dispendio económico para dotar a nuestro despacho de medios tecnológicos, y debe tenerse en cuenta que el correo de Abogacía ofrece multitud de herramientas que nos pueden resultar muy necesarias para estos tiempos.
Pensando en el futuro escenario post COVID-19 ¿cambiará el modo de relación abogado-cliente en el contexto de una nueva normalidad, o por el contrario volveremos a una situación similar a la previa de la crisis?
Una de las cosas que siempre ha caracterizado a la abogacía es el trato directo, cercano y personal del abogado/a con los clientes. Por ello considero que, una vez finalice esta situación, si bien habremos adoptado nuevos hábitos en el modo de relacionarnos con los clientes–sobre todo a través de videollamadas o reuniones virtuales-, éstas se mantendrán y combinarán con esa forma tradicional de relacionarnos.
Teniendo en cuenta que esta crisis sanitaria ha transformando los modelos de trabajo dando un protagonismo sin precedentes al teletrabajo ¿Cuál es su opinión desde el punto de vista de la conciliación de futuros abogados?
Una de las asignaturas pendientes de nuestra profesión es, desgraciadamente, la conciliación familiar y laboral.
Por ello, es de justicia homologar el derecho a conciliar de todos los profesionales jurídicos, un derecho del que no pueden quedar excluidos los abogados y abogadas, independientemente de si trabajan por cuenta propia o por cuenta ajena.
Gracias a la aplicación de tecnología los futuros abogados disponen de nuevas herramientas y soluciones (plataformas o software) para optimizar la gestión de los despachos. ¿Qué soluciones/ herramientas entienden como imprescindibles a la hora de adaptarse a la evolución de los nuevos modelos de trabajo donde el teletrabajo obtiene mayor protagonismo?
Como he señalado anteriormente, a mi me ha facilitado muchísimo el teletrabajo las herramientas que nos ofrece el correo Abogacía a todos los profesionales del sector.
Pero si tuviera que destacar alguna sería, sin lugar a dudas, la aplicación de TEAMS, al englobar la mayor parte de las herramientas necesarias para poder teletrabajar.
¿Qué disciplina formativa recomiendan para los futuros profesionales de la abogacía? ¿Por qué?
Quizás, y debido a la irrupción de las nuevas tecnologías en nuestra vida diaria, recomendaría a los futuros compañeros y compañeras que realizasen cursos de especialización en Derecho de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) así como en Big Data.
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